El polémico proyecto del presidente Donald Trump de privatizar la Estación Espacial Internacional (ISS) a partir de 2025 se enfrenta a la oposición de muchos miembros del Congreso, incluyendo algunos de la mayoría republicana.

El gobierno de Estados Unidos anunció en febrero que quiere dejar de destinar dinero público a financiar la estación para redirigirlo a otros proyectos de exploración espacial, específicamente el regreso a la Luna y, finalmente, la llegada a Marte.

Pero este proyecto es considerado simplista por los expertos y, más importante aún, por los legisladores que controlan esos fondos.

“No se puede hacer todo, el dinero federal no es ilimitado”, dijo Lamar Smith, presidente republicano del Comité de Ciencias de la Cámara de Representantes, en una audiencia el miércoles.

Pero las cuentas no cierran. El ahorro que generaría la eventual retirada de Estados Unidos de la estación internacional no serían “gran cosa”. “Eso no nos permitirá volver a la Luna ni a ningún otro lado”, sostuvo.

La NASA gasta en la actualidad entre 3.000 millones y 4.000 millones de dólares al año en la ISS, incluido el costo del transporte de suministros y de astronautas.

Si la estación se privatizara, los estadounidenses seguirían pagando por las misiones de exploración y de investigación, y el ahorro no sería más que de 1.000 millones al año, dijo la investigadora Bhavya Lal, del Instituto de Análisis de Defensa, lo que no alcanzaría ni remotamente para financiar una misión a Marte.

Según la experta, “es poco probable que una estación espacial privada sea económicamente viable para 2025”.

El inspector general de la NASA, Paul Martin, llegó oficialmente a la conclusión de que era poco probable que las empresas privadas asuman los costos de funcionamiento de la estación en 2024, estimados en 1.200 millones anuales.

Causa de la Estación Espacial une a republicanos y demócratas.

El senador ultraconservador Ted Cruz -representante de Texas, donde tiene su sede el mítico centro espacial Johnson de la NASA, en Houston- prometió el miércoles que mientras él presida el subcomité del espacio, la ISS seguiría recibiendo financiamiento.

Él y sus colegas quieren prolongar la vida de la estación hasta 2028, en lugar de la fecha límite actual de 2024, que a su vez había reemplazado a la fecha de 2020. La ISS opera desde 1998.

Queda por saber cómo financiar paralelamente la estación y las misiones de exploración a la Luna y a Marte. A menos que haya un aumento sustancial en el presupuesto de la NASA, actualmente de unos 20.000 millones al año, la pregunta sigue abierta.