Este viernes se confirmó el fallecimiento de Belisario Velasco, figura emblemática de la DC y exministro del Interior durante el primer gobierno de Michelle Bachelet. Durante su extensa carrera política le tocó enfrentar todo tipo de situaciones, incluyendo una muy especial que lo liga a Iron Maiden.

Era 1992 y la banda británica de Heavy Metal tenía agendada una presentación en Estación Mapocho, en Santiago, para promocionar su álbum Fear of the Dark.

Estaba todo arreglado por la productora a cargo para el debut de los ingleses en tierras chilenas. Sin embargo, un curioso conflicto que tuvo insospechados alcances en las altas cúpulas de gobierno provocaron que la agrupación no pudiera presentarse.

Concretamente, desde la iglesia presionaron para que no vinieran ya que los consideraban “satánicos”.

Y aunque por mucho tiempo fue sindicado como uno de los responsables de esta censura, Velasco -quien en 1992 era subsecretario del Interior del gobierno de Patricio Aylwin- hizo sus descargos para explicar qué fue lo que realmente sucedió. De paso, dejó en claro que él siempre abogó para que Maiden pudiera tocar en Chile.

En su libro Esta historia es mi historia (Editorial Catalonia, 2018), Velasco señaló que el verdadero culpable del fallido show fue el obispo Jorge Medina Estévez.

“Recibí un llamado del ahora cardenal emérito Jorge Medina Estévez, en aquella época obispo titular de la Diócesis de Rancagua y después de Valparaíso. Me informó que vendría a Chile la banda británica de Heavy Metal Iron Maiden”, relató en su libro.

“Me dijo que este grupo musical atacaba directamente la cristiandad y los valores del pueblo de Chile, tradicionalmente católico. Me pidió formalmente que el Gobierno impidiera su entrada al país”, agregó.

“Le expliqué que el Gobierno de Chile no era confesional y que por ello no podíamos hacer distinciones religiosas entre los grupos artísticos: no nos importaba si eran católicos, musulmanes o judíos”, sostuvo.

Sin embargo, el religioso insistió, señalándole “que cualquier cristiano lo prohibiría”.

“Enseguida me preguntó si yo era católico. Le respondí que creía en los valores cristianos, pero ni aunque fuera católico, apostólico y romano podía pasar por encima de la Constitución y de las leyes del país”, recordó.

Fue así como el entonces subsecretario decidió reunirse con el Presidente Patricio Aylwin y comentarle el tema. “Igual que yo, él tenía vagas nociones de Iron Maiden, sólo las que recibía a través de sus hijos y nietos”, contó.

La figura histórica de la DC remarcó que en aquel entonces, Medina era un nombre “muy poderoso”, no sólo en Chile sino que en el Vaticano.

“Como destacado miembro de la Iglesia Católica, fue partidario de la dictadura. Incluso era de los que aseguraba que Dios en ninguna parte decía que la democracia debía venir de inmediato, así que los que se rebelaban contra el gobierno militar estaban en contra de los designios de Dios”, escribió en su libro.

Finalmente, y pese a no tener una respuesta positiva en la cartera del Interior, el obispo Medina de igual manera logró que el recital de Iron Maiden se cancelara de forma definitiva. Según contó Velasco, el religioso contactó al municipio e influyó con los dueños del local.

“Cancelaron la autorización que habían otorgado y el local no quedó disponible. Llegados a ese punto, yo nada más podía hacer porque no estaba dentro de mis facultades levantar una prohibición de arrendamiento: ello era privativo del municipio”, relató.

“Es importante destacar esto último, ya que en algunos medios de comunicación se me ha responsabilizado de ejercer esta censura bárbara a una expresión musical, en circunstancias de que fue al revés: luché para que ella no se impusiera”, complementó.

“Debido a ello su vocalista Bruce Dickinson calificó a Chile como un país medieval y el productor perdió varios millones de dólares”, recordó.

Este incidente fue abordado años más tarde por el baterista Nicko McBrain, quien recordó que meses antes de su fallida venida a Chile por ser “satánicos” se habían presentado sin ningún problema en Roma, corazón de la religión católica.

A pesar de este mal comienzo, la banda tuvo su ansiado debut en Chile en 1996, aunque sin su icónico cantante Bruce Dickinson, quien había sido reemplazado por Blaze Bayley.

Finalmente, en 2001 la Doncella de Hierro llegó con su formación clásica, presentándose en una repleta Pista Atlética del Estadio Nacional, repitiéndose el plato en varias oportunidades posteriormente, en recintos como el Movistar Arena y el Estadio Nacional.