Carlos López Puccio, uno de los fundadores del mítico grupo argentino Les Luthiers, adelanta cómo será el reencuentro de este fin de semana con sus fans chilenos.

Tras cuatro años de ausencia (y después de no pocos acontecimientos históricos de uno y otro lado de la cordillera), el colectivo cómico-musical argentino Les Luthiers se reencontrará con sus fans locales en el marco del espectáculo “Gran Reserva”, antología que reúne algunas de las piezas más recordadas de sus 55 años de historia.

La cita será este sábado 10 de septiembre en el Gran Arena Monticello (últimas entradas disponibles), escenario donde se presentarán con la formación que rige desde 2019: los “históricos” Jorge Maronna y Carlos López Puccio junto a Roberto Antier, Tomás Mayer Wolf, Martín O’Connor y Horacio Tato Turano (actuando en reemplazo de Pablo Rabinovich y Santiago Otero).

“Nos han tratado magníficamente bien en Chile, nos encanta. Tenemos un público ahí. Nuestro espectáculo quizás no es masivo, pero encontrarnos con gente a la que le gusta nuestro humor, siempre es un placer”, cuenta López Puccio en diálogo con BioBioChile, donde no esconde sus expectativas sobre su primer show en el escenario de San Francisco de Mostazal.

En Chile, presentarán la tercera antología de su carrera, donde recopilan piezas como “La Balada del 7º Regimiento”, “San Ictícola de los Peces”, “Entreteniciencia Familiar”, “La Hora de la Nostalgia”, “Quien conociera a María amaría a María”, el bolero “Perdónala”, “Música y Costumbres de la Isla de Makanoa” y “Rhapsody in Balls”.

Se trata de un show que recorre más de medio siglo de rutinas y que también funciona como escalinata al catálogo humorístico-musical del grupo. “Nuestro humor es bastante atemporal. No trabajamos con noticias de la actualidad ni de la contingencia. Siempre hemos hecho un humor que tiene que ver con el ser humano, con las buenas y las malas, pero que no tienen que ver con personajes actuales ni nada parecido”, define.

En 2017, Les Luthiers recibió el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2017, galardón que los reconoció como “un referente de libertad” y un “espejo crítico de la sociedad”. “Nacido hace medio siglo en el ámbito universitario, es uno de los principales comunicadores de la cultura iberoamericana desde la creación artística y el humor”, señaló el jurado.

Para López fue “una gratísima sorpresa, por esta idea de que desde afuera se nos viera mucho más de lo que nosotros creíamos o pretendíamos. Fue un premio muy pomposo. El día de la premiación, había tres premios Nobel importantes a mi izquierda, y el rey y la reina de España”.

(P): ¿Qué cree que pasaría si Les Luthiers debutase en 2022? ¿Cuál cree que sería la reacción de la gente?

(R): Creo que tendríamos una cabeza diferente. Yo tengo 75 años, mi compañero Maronna tiene 73, y posiblemente pensaríamos de un modo diferente. Incluiríamos, tal vez, ideas que la juventud maneja más cabalmente hoy, pero sin las cuales también se puede hacer humor. Nosotros no queremos aggiornarnos (actualizarnos) al punto de parecer jóvenes, pero la verdad es que a lo largo de los años hemos ido cambiando cosas. Entonces, si naciéramos ahora, posiblemente haríamos cosas diferentes dentro de nuestra ética: no hacemos chistes de actualidad, no queremos herir a nadie, no hacemos chistes con el dolor. Normas básicas.

(P): En este punto, de alguna forma, el grupo se adelantó décadas a los estándares que priman hoy en la industria del humor, al menos en lo que respecta a no herir susceptibilidades…

(R): A mí eso no me parece nada mal, ni entonces ni ahora. Toda la vida ha pasado eso. Nuestro humor hubiese sido muy diferente también en la Inquisición, entonces uno hace humor del tiempo en el que vive, aunque nosotros hemos vivido mucho tiempo. Los cambios, en Les Luthiers, han sido graduales.

(P): Después de 55 años de carrera. ¿Cuál es el gran “pendiente” de Les Luthiers?

(R): Sé que suena a poco, pero a fines de este año vamos a estrenar el primer espectáculo totalmente nuevo en 14 años. Le pusimos mucho trabajo en la pandemia, es una tarea que lleva mucho tiempo, muy dura. No es un gran sueño, pero para nosotros es una gran emoción. La última fue “Lutherapia” del 2008.

(P): ¿Cuál es la anécdota de Les Luthiers que más disfruta contar?

(R): Hay una gran cantidad de encuentros, aunque no son anécdotas muy divertidas. Un ejemplo: comer en el piso en un departamento con Gabriel García Márquez, que sigue siendo un grandísimo ídolo literario. El hecho de ser luthier, y de ser unos divertidos payasos, nos ha permitido tener contacto con gente muy importante.

(P): Con la perspectiva del tiempo, ¿cree que hay similitudes entre Les Luthiers y el grupo británico Monty Python? ¿Cómo describiría los matices entre ambos?

(R): Somos contemporáneos y a mí me encanta. Nunca pudimos hacer contacto con ellos, pero tenemos muchas cosas en común, como el juego con la cultura y con el rito cultural, que ellos explotaron mucho. Creo que el humor de ellos era más diverso, más estético. Ellos trabajaron mucho con el aporte gráfico de Terry Gilliam, tenían un valor plástico y artístico de otra línea. Y tuvieron mucha dispersión en el sentido en que había mucha crueldad en Monty Python. Un toque negro del que siempre hemos escapado, pero más allá de eso, es una gloria de refinamiento. Y del ingenio.