El cantante vasco Peio Serbielle, juzgado este martes y miércoles por haber ayudado a la organización separatista vasca ETA, expresó su rabia contra la justicia por haber organizado este proceso 14 años después de su inculpación.

“Hace ya 14 años que la justicia puso mi carrera entre paréntesis. (…) No odio, eso es inútil. Simplemente estoy enojado, enojado por tanta violencia, condescendencia, desprecio por nosotros”, dijo el cantante ante el tribunal correccional.

Su abogado, Jean-François Blanco, solicitó la anulación de todo el proceso, citando una “violación de un plazo razonable”.

Peio Serbielle fue detenido en octubre de 2004 en el suroeste de Francia en una operación antiETA en la que también fueron arrestados los dirigentes de la organización Mikel Albizu Iriarte, alias “Antza”, y su compañera Soledad Iparraguirre Genetxea, alias “Anboto”, también requeridos por la justicia española.

El cantante, que pasó 16 meses en prisión preventiva, será juzgado por asociación ilícita con objetivos terroristas junto a otras tres personas. Se le imputa haber puesto su domicilio a disposición de ETA y de haber organizado reuniones en esa casa entre los años 2000 y 2004.

“Cada ciudadano tiene derechos y deberes. Desde hace 14 años, yo respeté los deberes: 16 meses de cárcel (en detención preventiva), 6 años de control judicial, con obligación de presentación ante la gendarmería y prohibición de salida del territorio metropolitano, y además 7 años de espera” antes del proceso, dijo el cantante que luego ejerció su derecho al silencio y procedió a abandonar la sala.

Según su abogado, Jean-François Blanco, Peio Serbielle afirma ignorar que las personas que acogía pertenecían a ETA.

La organización separatista vasca renunció a la lucha armada en 2011, y anunció el pasado 3 de mayo su disolución.