Un bosque (que no es un bosque), uno o muchos crímenes (al parecer inexistentes) y un par de detectives desestabilizados a quienes sólo les falta rastrear con la lupa en el ojo para que se complete la imagen típica del investigador son los principales soportes de “Crime video”.

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

La última obra del destacado dramaturgo Marco Antonio de la Parra (“Lo crudo, lo cocido, lo podrido”, “La secreta obscenidad de cada día”, “La pequeña historia de Chile”) tiene como gran trasfondo el dibujo crítico de la perfecta relación del público con la extensa oferta de series y películas policiales que atiborran las plataformas digitales, un fenómeno que creció acicateado por la tecnología y el negocio del entretenimiento.

No es primera vez que De la Parra lleva a escena el mundo audiovisual: “(Estamos) en el aire” (2001) tiene como referencia a una familia que abre de par en par la intimidad de su casa a un reality show que se transmite en vivo por la TV, sometiéndose a la esclavitud del rating.

En Crime video la situación es más sofisticada, porque el referente es la gran industria internacional del cine y las series policiales, elaboradas por guionistas expertos en capturar la atención del público.

Claro que el dramaturgo las expone recurriendo a un buen número de lugares comunes presentes en esas producciones, en una mirada que viaja de la realidad a la ficción, que se ríe de los trucos cinematográficos y que pone a dos detectives a punto de caer en el ridículo y la tragicomedia.

Investigación y rutina

Como en toda historia policial hay un posible homicidio, cuerpo(s) desaparecido(s) y sabuesos con la misión de buscar y encontrar culpables: y allí están en medio de un bosque buscando evidencias.

Podrían ser los sinsabores del verdadero policía lo que ellos vivirán si no fuera porque en escena aparecen los típicos diálogos rutinarios policíacos, cuya frialdad y lo neutro del lenguaje resuenan en los oídos como algo familiar.

Esta misma cuerda pulsa la obra cuando se opta por el típico vestuario investigativo o se elige-sugiere como espacio de la investigación policial un bosque sobre una plataforma giratoria que busca darle un movimiento imposible a los arbustos-malezas tiesos de congelados que están.

Esa acción, sin embargo, desestabiliza a los detectives obligándolos a una reacción refleja para mantener la vertical, gesto vivencial que hace resaltar la humanidad de carne y hueso en el escenario.

El bosque enreda la investigación, oculta crímenes, dificulta la pesquisa, obliga a tener todos los sentidos alertas. Y, al mismo tiempo, como son seres humanos, siempre algo propio de cada policía se va filtrando al margen o confundiéndose con la investigación.

Pero como el relato también busca estar fuera de la típica realidad, en el escenario irrumpen técnicos y camarógrafos que graban la acción detectivesca
-con el vértigo de sus tensiones laborales, no hay tiempo que perder, vamos a la otra escena- dejando en suspenso el trámite de la obra y sugiriendo que todo es mentira al compás de los clímax y desenlaces que se han verificado.

Tiempo de contrastes

Sin convocarlo de manera explícita, Crime video interpela en un sentido coloquial: parece decirle a cada espectador ‘así eres tú y así te pones frente al televisor viendo relatos que tanto te gustan… y te asustan’.

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Miércoles 31 Diciembre, 1969 | 21:00

En el eterno contraste realidad-ficción, esta comedia negra se sorprende con la atracción que provocan en el público las historias de violencia en el cine y la TV, y al mismo tiempo, cómo resiente y se preocupa que esa agresividad predomine hoy en su vida real. Consulta, no fustiga. Saca más risas que carcajadas.

La obra seguirá su curso volviendo una y otra vez al cliché: los detectives pueden llegar a ser los sospechosos, las evidencias pueden estar, esconderse, ser miradas de soslayo, no querer encontrarlas, desecharlas o someterlas a un proceso interminable que termina sin solución, como los sumarios institucionales, calles sin salida donde todo queda en el olvido, los desaparecidos y los muertos…

Crime video
Mila Ercoli

Crime video

Dramaturgia: Marco Antonio de la Parra
Dirección: Francisco Krebs
Elenco: Paola Volpato, Karim Lela

Equipo de filmación: Diana Schmidt, Florencia Contreras, Paula Cruz, Carina Poblete, Gonzalo Carrasco, Mauricio Flores
Diseño escenografía e iluminación: Pablo de la Fuente
Diseño vestuario: Zorravargas
Música: Mario Avillo
Realización escenografía: Alioshka Calderón, Benjamín Ellado
Realización vestuario: Javiera Labbé
Operación de sonido: Raimundo Stevenson
Fotografía: Mila Ercoli
Asistencia fotográfica y retoque: Fernanda Ruiz
Producción artística: Sergio Gilabert
Prensa: Claudia Palominos
Producción: Teatro Finis Terrae