Alan Daly es doctor en Educación e investigador en liderazgo y organizaciones educativas y profesor titular de la Universidad de California San Diego. Para él, “Los modelos educativos exitosos son aquellos que otorgan relevancia y pertenencia a todos sus actores”

Entrevista realizada por Paula Sánchez Medioli y María Paz Mateluna Valenzuela

Consejo para la Reactivación Educativa

Con la frase “los niños y niñas de Chile no pueden esperar”, el presidente Gabriel Boric dio a conocer el Consejo para la Reactivación Educativa. Este Consejo está compuesto por 23 personas representantes del sector educativo, político, de la sociedad civil y de organismos internacionales.

El plan se articula sobre una serie de iniciativas para atender problemas en la educación que se intensificaron. Entre ellos están las brechas de aprendizaje por nivel socioeconómico, infraestructura, recursos físicos, necesidad de actualización en la formación y capacitación docente, y el deterioro en la convivencia escolar.

Alan Daly

En este contexto, el Centro de Investigación para la Transformación SocioEducativa (CITSE) de la Universidad Católica Silva Henríquez invitó a Alan Daly, uno de los mayores expertos en liderazgo educativo, con la finalidad de aportar nuevas miradas a la crisis educacional que se ha instalado en Chile, agudizada por los años de pandemia mundial.

¿Qué le parecieron las medidas anunciadas por el gobierno?

“Hay que entender el contexto en que se da este plan: estamos a nivel mundial regresando de una pandemia. Por este motivo, más que “reactivación” yo diría que es un plan de re-imaginación de un sistema educativo, ya que no debemos desconocer que durante la pandemia los educadores y sus comunidades siempre estuvieron activando la educación.

“Entonces, a mi parecer, esta re-imaginación para el futuro podría estar enfocada en los pilares centrales de inclusión, bienestar, fortalecimiento del aprendizaje y apoyo al sentido de pertenencia y conexión de los estudiantes.”

¿Le parecen suficientes?

“Re-imaginar la educación, de lo que es a lo que se puede ser, es digno de aplauso y refleja el mayor compromiso del gobierno con los jóvenes y las comunidades, así como con los educadores y líderes dedicados en todos los niveles del sistema que trabajan en todo el país para apoyar la alta calidad. El desarrollo y ejecución del plan apoya la educación ahora, pero tiene el potencial latente de impulsar a Chile hacia un futuro aún más brillante.

“Sin embargo, la precaución es que los planes pueden quedarse en eso, solo un plan. Donde radica el verdadero potencial de los planes de re-imaginación es en la catalización del diálogo, la acción y el desarrollo de la capacidad necesaria para dar vida a este poderoso plan.

“Necesitamos ideas inspiradoras, visiones poderosas y la esperanza de un mañana mejor para avanzar. También necesitamos acciones concretas, recursos y apoyo para hacer realidad nuestros sueños. Chile está bien posicionado para hacerlo.”

¿Cómo cree entonces que se lleva a cabo un verdadero cambio social en lo educativo?

“Para hacer que esto cobre más vida, creo que debemos aprovechar las muchas fortalezas que existen en este gran país en la educación e ir más allá. A medida que se trabaje para “re-imaginar” la educación, se debe pasar desde un modelo centrado en el déficit hacia uno que se base en las fortalezas que encontramos aquí en Chile.

“Durante mi visita he podido ver a educadores y líderes con mucha pasión, compromiso y conocimiento con lo que hacen. Se debe tomar en cuenta ese empuje e inspiración para pasar a un enfoque de ecosistema más interconectado e interdependientes en todo el país, y más allá, por el bien público y social. Desde mi perspectiva, este es el trabajo que enfrentamos todos y el plan brinda una oportunidad catalizadora para explorar, involucrar y elevar la educación en todo Chile.”

Es decir, ¿habría que incentivar la colaboración?

“Muchas propuestas de nuevas formas de organización sitúan a la escuela como centro de educación y se presta muy poca atención a la comunidad como ecosistema natural para el desarrollo y crecimiento de los estudiantes y las familias. Centrarse estrictamente en el nivel escolar a expensas de la comunidad puede inhibir nuestra capacidad para ampliar los espacios educativos y las oportunidades de aprendizaje flexibles. Tal vez este fracaso ha frenado la capacidad colectiva para abordar problemas apremiantes que subsisten en las organizaciones educativas en todo el mundo.”

¿Qué elementos debe reunir el liderazgo moderno en educación para lograr ser efectivo?

“Esta es una gran pregunta y es complicado responderla ya que abarca muchas áreas. Si tuviéramos que centrarnos en la esencia de lo que se requiere en estos días en torno al liderazgo, sería centrarse en una mayor atención a las condiciones que respaldan la colaboración: bienestar, sentido de pertenencia, creación de espacios psicológicamente seguros y de alta confianza, además de fomentar relaciones más sólidas. Cuando consideramos el bienestar, nos referimos tanto a la salud emocional de uno mismo y de los demás a quienes tenemos el privilegio de servir.”

¿Y en el espacio educativo?

La pertenencia es tan importante para los adultos como para los jóvenes, sentir que uno es valorado por los dones que aporta es fundamental para el éxito de las instituciones educativas y de la sociedad en general. Valorar la dignidad de las personas e invertir en quiénes somos, tanto individual como colectivamente, será un objetivo clave y un desafío para un liderazgo efectivo. Una vez que conseguimos bienestar individual y colectivo, y un sentido de pertenencia, debemos esforzarnos por crear entornos psicológicamente seguros y de alta confianza.”

¿Qué ocurre con la seguridad psicológica?

“A menudo, en la educación prestamos más atención al capital humano (educación, capacitación, etc.) que es propiedad del individuo, y menos al capital social, que es el valor de las relaciones a través de las cuales fluye el conocimiento, la colaboración y las ideas. No estoy sugiriendo que favorezcamos uno sobre el otro, ambos son importantes. En este nuevo escenario, poner en primer plano nuestro capital social y en segundo el capital humano es el punto de partida correcto, ya que con demasiada frecuencia hemos puesto resultados por sobre relaciones.”

Su investigación se centra en la importancia de las redes y relaciones que se establecen entre distintos actores educativos para el cambio educativo. ¿Podría profundizar en el concepto de redes sociales y su relevancia para el mejoramiento de la educación?

“El aprendizaje y el liderazgo son cada vez más interactivos, sociales y, en el mejor de los casos, generan cambios en los alumnos, los líderes y en los sistemas en los que operan. Vivimos en un mundo social y, como tal, nos vemos profundamente afectados por los demás, a veces de manera inconsciente.

“De hecho, una creciente cantidad de investigaciones sugieren que nuestra felicidad, salud, peso e incluso riqueza están influenciados por las redes sociales en las que residimos. Llevar estas ideas a la educación es la verdadera promesa de un enfoque de red social. La capacidad de trabajar bien con otros, aprovechar las redes y la inteligencia colectiva es de vital importancia en una sociedad del conocimiento.”

Es un cambio de paradigma ya que hay muchas escuelas que se centran en el individuo.

La perspectiva de la red no suplanta la importancia de los atributos individuales, sino que ofrece una óptica complementaria y un conjunto de enfoques para involucrar mejor los esfuerzos de cambio. Esta perspectiva implica cambiar de un enfoque principal en el individuo y sus atributos a la comprensión de los apoyos y limitaciones más dinámicos de la red social más grande en la que opera ese individuo.

“Necesitamos sistemas que no sólo apoyen el desarrollo de habilidades individuales (capital humano), sino que conecten esos conjuntos de habilidades entre individuos (capital social) de manera intencional y estratégica. Al vincular el capital humano y social y apoyar a las personas para que se comprometan con su trabajo se crea innovación y oportunidades.”

¿Cómo se logra ese cambio de enfoque en el sistema educativo?

Transformar unidades educativas históricamente aisladas en un ecosistema de aprendizaje exige que los responsables de la formulación de políticas, los líderes y los educadores sean pensadores sistémicos y se centren en las relaciones entre personas y entidades que puedan, colectiva e intencionalmente, fortalecer el propósito de la escuela; alinear objetivos compartidos; promover la confianza; conectar sinergias; y facilitar una discusión compartida y una construcción colectiva de conocimiento para apoyar el bien social.

“Los sistemas centralizados son aquellos en los que hay un nivel “central” que toma decisiones (recursos, políticas, enfoque) y luego las transmite a otras unidades del sistema. En los sistemas descentralizados todas las decisiones se toman más cerca de los destinatarios previstos de esa decisión. La mayoría de los sistemas educativos se mueven entre un tipo de sistema y otro y todo lo que eso conlleva. Rara vez se han preguntado “¿qué necesita ser centralizado y con qué propósito y qué podría descentralizarse y con qué propósito?”. En lugar de seleccionar todo de una manera u otra, la cuestión es equilibrar ambos tipos de enfoques que, por necesidad, también cambiarán con el tiempo.”

¿Cuál es el rol de los docentes?

“El desarrollo profesional continuo de los docentes es un elemento fundamental en la provisión de una educación de alta calidad. Los educadores ya no dependen únicamente de roles e instituciones de apoyo formales, pueden recurrir a redes (informales) donde compartir sus ideas y reflexionar en colaboración sobre su práctica. Hay incluso más énfasis en la comunicación informal y horizontal entre los actores, destacando su interdependencia.

“Esta noción está respaldada por investigaciones que sugieren que el desarrollo profesional puede fomentarse a través de interacciones sociales (en espacios en línea y fuera de línea), donde las personas obtienen acceso a los recursos de los demás, como información, experiencia y conocimiento, y las redes sociales y los espacios en línea tienen el potencial para proporcionar dicho acceso.

“Estas redes de aprendizaje informales pueden proporcionar a los docentes una plataforma para participar en procesos de comunicación colaborativa, intercambiar puntos de vista e ideas y, por lo tanto, contribuir al desarrollo profesional de los demás.”

Las cifras de deserción escolar post pandemia en el sistema escolar chileno señalan que 50 mil estudiantes han abandonado la escuela por diferentes motivos, un aumento respecto de los niveles previos al 2020. ¿De qué manera se deben articular los distintos actores educativos para generar acciones que frenen la deserción?

Este tipo de situaciones de deserción escolar se ven a nivel mundial. Considerar realmente las condiciones y adoptar un enfoque de ecosistema de aprendizaje como lo describí anteriormente es prometedor para las comunidades y grupos que tradicionalmente están marginados. Apoyar el sentido de pertenencia de los jóvenes y el aprendizaje personalizado (que respalda la relevancia educativa) son probablemente dos elementos clave a los que prestar atención. Construir sobre lo que sabemos sobre los espacios en línea también será fundamental para servir a esta próxima generación de estudiantes.

“Todo requerirá un liderazgo bondadoso y compasivo de todos los niveles para apoyar a todos los jóvenes y educadores. Nuestras inversiones deben centrarse tanto en los adultos del ecosistema como en los jóvenes. Por lo tanto, nuevas conversaciones, compromisos y enfoques permitirán que los sistemas alcancen su potencial y retengan tanto a los increíbles educadores que sirven a los estudiantes como a los propios jóvenes.

“Cuando el COVID-19 ingrese a los libros de historia, tendremos una oportunidad única para reconstruir, re-imaginar y remodelar nuestras sociedades y sistemas educativos y, con suerte, realizar inversiones significativas en un bien público global. En lugar de retroceder en nuestros caparazones individualistas, tenemos la oportunidad de volvernos aún más comunitarios y mejor vinculados, y las redes sociales y la tecnología tendrán un papel importante que desempeñar”.