Reveladoras huellas del pasado permiten comprender cómo se formó la Tierra, el comienzo de la vida en el planeta, el enfriamiento del mundo –a diferencia del Cambio Climático- y hasta es posible comprender el fenómeno del Big Bang.

Por Marcel Socías Montofré

La revelación es sorprendente.

Aporte mayúsculo el de la mallorquina Aina Bestard. También de Escrito con Tiza Ediciones. Y no es exagerado decirlo. Su trabajo comenzó hace más de 13 mil 800 millones de años.
Cuando se supone que todo comienza.

Lo bueno es que Aina exhibe pruebas concretas. Por ejemplo, las de hace cuatro mil 550 millones de años. Cuando la Tierra recién se estaba formando.

En esos años el paisaje era “hostil y sin vida”.

Por eso el mérito de Aina Bestard: habla de la Vida con ciencia y experiencia. Por ejemplo: enseña lo positivo de un ambiente sin tanto fuego.

También dice que pasan hechos positivos en esos ambientes. Se genera buena atmósfera para respirar y mucha agua líquida. (Debe ser por eso la importancia de cuidar el agua en estos días, cuando casi la mitad de Chile está en proceso de desertificación).

Luego –cuando se enfría el ambiente-, ocurren otras maravillas: aparecen océanos, se forma la Luna (esa que ayuda a los pescadores artesanales), se levantan los continentes, el mar de lava y fuego por todas partes se extingue y voilà: están casi listas las condiciones para existir.

¿Qué falta?

Otros miles de años más. La Naturaleza tiene sus procesos y para hacer bien su trabajo se toma tiempo. Es rigurosa. No improvisa. A veces uno cree que es azar. Pero todo tiene un sentido y explicación.

Esa la maravilla de “Los paisajes perdidos de la Tierra”, de Aina Bestard (Escrito con Tiza Ediciones, 2020).

Esos momentos que se nos olvidan y que apenas importan en las cumbres del Cambio Climático. Una pena. Sería lindo que leyeran el libro de Aina Bestard. Nació en Mallorca (1981) y tiene experiencia garantizada: su abuelo le enseñó a dibujar.

Desde entonces ha vivido mucho. Como todo buen mallorquín. De Palma, de la Sierra de Tramontana, de Alcudia, de la hermosa Inca, de la Ciudad Romana en d’Alcúdia, de tantos navegantes que pasaron por las Islas Balearias dejando un profundo amor por la Tierra.

Pero un amor sin esa burocracia de las Naciones Unidas. Mejor un cariño con leer un buen libro –como el de Aina-, que toma mucho menos tiempo, aporta más y realmente se disfruta.
Mucho.

Se disfruta por sentido de lector y por Medio Ambiente. Precisamente, por eso se llama Medio Ambiente. La otra mitad somos nosotros. Si falla una parte, recuerden que pasaron muchos otros animales por la Tierra y ya se fueron.

Los dinosaurios, por ejemplo.

Cuestión de leer “Los paisajes perdidos de la Tierra”. Cuestión de dar las gracias por un libro para niños de todas las edades. Aunque se recomienda sobre todo para los adultos malos niños que toman decisiones que dañan esa hermosa construcción de Arte que es la Tierra.
Arte como las espléndidas ilustraciones de Aina Bestard y esos textos breves, concisos, precisos y oportunos de los principales acontecimientos. Por cierto, escritos con la colaboración del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona.

Barcelona que está cerca. A sólo cincuenta minutos volando hacia las Islas Baleares.
Y Aina como toda buena mallorquina va y vuelve con sus libros por Europa y de Barcelona a Mallorca vía Aeropuerto Internacional de Son Sant Joan.

O viene a visitarnos vía Libro a Chile. Para compartir su exquisito sentido de la estética, su genial posgrado en Ilustración Creativa y su homenaje a toda la ilustración científica del siglo XIX, sobre todo Gustave Doré.

D’acord, Aina, “Los Paisajes perdidos de la Tierra” son para decir Gràcis!

Como en las traducciones que ha tenido el libro en catalán, italiano, francés, inglés, polaco y también al castellano: Paisajes Perdidos de la Tierra

“Los paisajes perdidos de la Tierra”

Aina Bestard
Escrito con Tiza Ediciones

www.escritocontiza.cl
2020.