Los acontecimientos en las últimas ramadas universitarias en Concepción, revelan una situación preocupante en el actuar de los jóvenes. El excesivo consumo de alcohol, provocó que la violencia se apoderara de las celebraciones con resultados incluso fatales. ¿A qué responde este tipo de conductas?

Poco antes que comience septiembre, el ambiente ya se siente. Las banderas, las cuecas, los trajes típicos, se toman las calles y, para muchos, la pregunta es ¿qué harás para 18?. Son conductas típicas, en una fecha donde resurge un espíritu patriota, pero también festivo.

Las universidades realizan sus clásicas ramadas, donde hace ya algunos años la tónica ha sido la misma: beber en exceso hasta perder la conciencia. Las consecuencias son las obvias: peleas, golpizas, destrucción, e incluso asesinatos.

A esto último, se suma el libre acceso a los lugares donde se desarrollan las ramadas, dando paso a que jóvenes menores de edad y antisociales puedan hacer de las suyas.

Actos que no pueden ser considerados normales, por el contrario, reflejan una decadencia en la sociedad, en sus bases, en la educación y en el extravío de la belleza.

Según Rodolfo Álvarez, Director de la Carrera de Psicología en la Universidad Santo Tomás, los hechos responden a un problema social, de un país que perdió la intencionalidad en este tipo de celebraciones.

Pero Álvarez, reconoce que el tema va más allá de eso. Hay conceptos que se han perdido, como la autoridad o que han sido desvirtuados, como los “derechos”, hoy por hoy, exigidos por todos. Por esta razón valida la determinación de rectoría de la Universidad de Concepción, que suspendió las ramadas.

Interesante, porque el concepto de autoridad se aprende en la familia, y que por algo uno de los temas que más preocupa hoy en día, es la reforma a la educación, pues si esta es una base importante en la sociedad, deberíamos preocuparnos y no pasar por alto, hechos como éstos.