La planta de descontaminación de agua radiactiva construida en la central nuclear de Fukushima (noreste de Japón) fue detenida varias horas después de su puesta en marcha, a causa del nivel excesivamente alto de radiaciones, anunció este sábado el operador de la central.

Unas piezas del sistema que absorbe el cesio radiactivo deben ser cambiadas mucho antes de lo previsto, por el elevado nivel de radiaciones, indicó un responsable del operador de la central Tokyo Electric Power (TEPCO).

La planta de descontaminación había comenzado a funcionar el viernes a las 20H00 locales (11H00 GMT) y tuvo que ser detenida cinco horas después, según la misma fuente.

TEPCO no precisó cuándo volverá a funcionar la planta de descontaminación.

“Estamos estudiando la causa” del elevado nivel de radiaciones, indicó Junichi Matsumoto, responsable de operaciones nucleares en TEPCO.

Según la compañía operadora, o bien entraron en el sistema de procesamiento lodos radiactivos, o bien las aguas tratadas están más irradiadas de lo que TEPCO pensaba inicialmente.

Unas 100.000 toneladas de agua altamente radiactiva se han acumulado en los edificios de los reactores y de las turbinas de la central de Fukushima Daiichi (N°1) desde el sismo y el maremoto del 11 de marzo.

El agua impide a los operarios entrar en las instalaciones para reactivar los circuitos de refrigeración del combustible nuclear, dañados por una ola de 14 metros de alto provocada por el sismo.

El centro de descontaminación tratará 50 toneladas de agua por hora, es decir 1.200 toneladas al día, dividiendo la radiactividad por un factor de 1.000 a 10.000.

La compañía TEPCO, que logró detener la fusión de combustible echando agua sobre los reactores día y noche, tiene todavía que inyectar unas 500 toneladas de agua cada día, de las que una parte se acumula en las instalaciones.

TEPCO podrá luego reutilizar el líquido descontaminado en los circuitos de refrigeración, una vez que se restablezca su funcionamiento.

La compañía operadora afronta sin embargo otro problema: el lodo radiactivo derivado del proceso de descontaminación.

El 17 de abril, TEPCO anunció que esperaba reducir de forma importante las fugas radiactivas de la central de entonces a julio, y estabilizar la temperatura de los reactores por debajo de 100 grados Celsius como muy tarde en enero.