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La atleta española Elena Congost vivió una amarga descalificación en el maratón de los Juegos Paralímpicos de París, donde fue despojada de su medalla de bronce a pocos metros de la meta por soltar la cuerda que la conectaba con su guía, infringiendo las normas de la categoría T12 para deportistas con discapacidad visual. A pesar de establecer un récord personal y llegar en tercer lugar, la descalificación permitió que la atleta japonesa Misato Michishita se quedara con el bronce. Congost defendió su acción como un acto de humanidad al socorrer a su guía, quien sufrió un calambre cerca de la meta, aunque el reglamento es claro en que soltar la cuerda implica descalificación. A pesar de la tristeza, la atleta se mostró orgullosa de su desempeño y priorizar el bienestar de su compañera. El oro fue para la marroquí Fatima El Idrissi, con un nuevo récord mundial, seguida por su compatriota Meryem En-Nourhi en segundo lugar.
El maratón de los Juegos Paralímpicos en París terminó en una amarga descalificación para la atleta española Elena Congost, quien fue despojada de su medalla de bronce a tan solo metros de cruzar la línea de meta.
Según recogió el medio The Sun, Congost, de 36 años, competía en la categoría T12 para deportistas con discapacidad visual y corría junto a su guía, Mia Carol Bruguera.
Congost había logrado un tiempo de 3:00:48, marcando un récord personal y asegurando el tercer lugar. Sin embargo, fue descalificada debido a una infracción de las reglas: soltó la cuerda que la mantenía conectada a su guía. Según las normas paralímpicas, los corredores en esta categoría deben mantenerse sujetos a sus guías en todo momento mediante un cordón.
Al soltarlo, Congost incumplió esta regla, lo que resultó en su descalificación cuando Bruguera, el guía de Congost, sufrió un calambre a escasos metros de la meta.
Ante esta situación, Congost instintivamente soltó la cuerda para ayudarle, lo que finalmente le costó la medalla. A pesar de cruzar la meta en tercer lugar, el bronce fue adjudicado a la atleta japonesa Misato Michishita.
”Actué como ser humano”
Tras conocer la decisión, Congost expresó su frustración y tristeza por el desenlace, pero defendió su acción como un acto de humanidad. “No me descalificaron por hacer trampa, sino por actuar como una persona”, declaró la atleta al medio español Marca. “A solo 10 metros de la meta, solté la cuerda por un segundo porque mi guía cayó al suelo. Fue un acto reflejo ayudarle, pero no hubo ventaja ni intención de hacer trampa”.
Congost también destacó que la atleta que llegó en cuarto lugar estaba a más de tres minutos de distancia, por lo que no obtuvo ningún beneficio competitivo. Aun así, el reglamento fue implacable: soltar la cuerda es motivo de descalificación, sin excepciones.
A pesar del desánimo, Congost expresó su orgullo por su desempeño y dejó en claro que no se arrepiente de haber priorizado el bienestar de su guía. “Estoy devastada, pero orgullosa de lo que he logrado”, concluyó.
En la categoría, la marroquí Fatima El Idrissi se llevó la medalla de oro, estableciendo un nuevo récord mundial con un tiempo de 2:48:36, mientras que su compatriota Meryem En-Nourhi terminó en segundo lugar.
