Dealers transnacionales: así cayó banda que envió cocaína de Santiago a Bélgica vía "correos humanos"

Créditos: Archivo | Agencia UNO

Lunes 03 abril de 2023 | Publicado a las 16:40

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Los mercados extranjeros se convirtieron en un terreno atractivo para los dealers chilenos. Los abultados precios en los que se transa allí la droga los han obligado a expandir sus contactos y arreglárselas para sortear las dificultades propias de internar estupefacientes a más de 10 mil kms de distancia. ¿El modus operandi descubierto más reciente? "Correos humanos" con maletas con droga oculta en leche, milo y puré en polvo.

—Me dijo: “¿Tu cachaí como es la hueá? (…) Lo van a ir a buscar y ahí le van a pasar la plata, ahí le explicai al loco”.

Más de 430 millones de pesos en cocaína se estima que alcanzó a transar una banda de dealers chilenos con asiento en Santiago. Su modus operandi era simple: utilizar “correos humanos” para llevar la droga en equipaje facturado a Bruselas. La capital de Bélgica, al igual que otras ciudades europeas, se ha erigido recientemente como un destino apetecido para narcos criollos: si en Chile un kilo de cocaína bordea los $6 millones, en el viejo continente el mismo estupefaciente se empina a los $60 millones. Y si éste se corta o patea, las ganancias pueden volver a duplicarse o incluso triplicarse.

La expansión a estos nuevos mercados obligó a los traficantes chilenos -incluso a aquellos de baja monta- a buscar conexiones transnacionales. Y también nuevos métodos de envío. A comienzos de 2022, por ejemplo, la Fiscalía Metropolitana Occidente y la PDI desbarataron una banda que operaba entre Chile y España. Sus integrantes, con los nexos adecuados para el emprendimiento, internaron droga en la isla Gran Canaria vía encomiendas. Artesanías típicas chilenas, imanes y 32 piezas de ajedrez escondían, en su interior, 854,5 gramos de concentrado de cocaína.

“Ahí te pagan”

Ahora, la PDI y la misma repartición del Ministerio Público volvieron a caerle encima a dealers capitalinos. La indagatoria -también liderada por el fiscal Daniel Contreras- se remonta a mediados de agosto de 2022, cuando la policía civil detuvo en el aeropuerto de Santiago a Samuel Espinoza Orias. El arresto ocurrió cuando se disponía a abordar un vuelo a Bruselas, con escala en Madrid.

En su equipaje facturado, la PDI encontró cinco envoltorios de nylon transparente, todos recubiertos con envases de plástico, correspondientes -en el papel- a “leche”, “puré” y “milo”. Estos, en realidad, contenían cocaína. 7,1 kg en total.

El hallazgo llevó al organismo persecutor a conseguir autorización para “pinchar” teléfonos, con respectivas vigilancias a blancos que podrían tener algo que ver con el envío de la droga.

A través de una de las escuchas, por ejemplo, los investigadores supieron que la banda utilizaba a captadores para conseguir a los “correos humanos”. En este caso, gente dispuesta a trasladar la droga que era reclutada por personas que habían cumplido ese rol con anterioridad al interior de la banda. En las intervenciones telefónicas también quedó al descubierto el proceso de la venta.

—Si la pega sale bien, ahí te pagan —le hizo saber una de las captadoras a su contraparte.

Y luego agregó:

—Me dijo: “¿Tu cachaí como es la hueá? Yo le dije que sí po’ y me dijo: “Lo van a ir a buscar y ahí le van a pasar la plata, ahí le explicai al loco”. Después me preguntaron si tenía alguien más pa’ viajar y le dije que estaba viendo a una persona —consta en otra de las conversaciones intervenidas a la misma mujer.

Esta y otras comunicaciones permitieron establecer que la banda estaba liderada por Esteban Sepúlveda Cid, mientras que en un nivel más bajo estaban Carolina Loyola Cid y Hernán Tobar Arredondo. Las diligencias también permitieron detectar el inminente traslado de una nueva partida de estupefacientes.

Todos detenidos

En buenas cuentas, el descubrimiento le significaba al organismo persecutor una buena oportunidad para comenzar a desbaratar a la asociación que, a esas alturas, ya estaba siendo investigada por más de medio año.

Todo dio paso a que el fiscal Contreras iniciara las gestiones para una colaboración judicial internacional: la idea era que la droga fuese entregada sin inconvenientes en Bruselas, para luego proceder a la detenciones correspondientes. Para ello, recurrió a la Guardia Civil Española (donde el “correo humano” debía hacer escala) y la Fiscalía de Bélgica (destino final).

Las gestiones tuvieron resultados. El 19 de noviembre de 2022 la policía belga detuvo en el aeropuerto a Norman Cavieres Acevedo. Su expedición la hizo a bordo de un vuelo de aerolínea Iberia. Llevaba 7,5 kg de cocaína, ocultos -como dictaba el modus operandi- en cinco paquetes de alimentos en su maleta de viaje.

Según explicó el fiscal Daniel Contreras, posterior a este operativo las diligencias se extendieron hasta la semana recién pasada, cuando “se logró detectar a todas estas personas que se encontraban detrás de estos envíos de droga”.

Todos los imputados fueron detenidos el miércoles pasado por el delito de tráfico de drogas y asociación ilícita.

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