“¿Qué te pasa? Nada”. Esa es la frase con la que muchos padres tienen que lidiar al momento de preguntarle a sus hijos sobre su estado emocional.

En este contexto, la terapeuta infantil Taylor Quick, señaló al diario The New York Times, que los niños se sienten más empoderados “después de que sus sentimientos han sido validados”.

Asimismo, destaca que la autoconciencia, o “saber lo que sienten y cómo lo sienten”, es un componente importante de la inteligencia emocional. Solo de esa forma podrán expresarse de mejor manera.

“Quiero que los niños y los padres identifiquen y sean conscientes de los sentimientos que han experimentado a lo largo de la semana, pero que también puedan conectar esa emoción con una determinada circunstancia o evento”, complementa Lenaya Smith-Crawford, terapeuta matrimonial y familiar.

De ese modo, si ves a tu hijo llorando, en vez de asumir que está triste, es primordial hacer preguntas descriptivas sobre lo que siente, cómo sucedió y por qué se siente así. “El niño puede descubrir que la emoción que experimenta es frustración y no tristeza”, precisa la terapeuta.

En estos casos, existen preguntas básicas que puedes aplicar para que reconozcan su sentimientos. “Por ejemplo pregúntale: ‘Si perdieras tu peluche favorito y no pudieras recuperarlo, ¿te enojarías, entristecerías o frustrarías?’. Este ejercicio rápido le permitirá identificar exactamente cómo se sentirían, en lugar de describir una emoción para describir un conjunto de sentimientos”, explica.

“En lugar de asignarle palabras a los sentimientos, les estás pidiendo que participen en el proceso y realmente se conecten con sus emociones exactas”, explica Smith-Crawford.

No obstante, si a tu hijo le cuesta mucho verbalizar lo que está experimentando, es mejor considerar un método que sea por escrito.

Escribir cartas también es útil para pedir disculpas. “Si el niño se porta mal, pídele que escriba una carta de disculpa y que la lea en voz alta. Luego, reconozca la disculpa con abrazos y calidez. La carta se convierte en un espacio seguro para él“, asegura Goleman.

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La importancia de crear un círculo de seguridad

Otro factor importante al momento de conversar con los niños sobre sus sentimientos, es crear un espacio seguro y emocional, donde puedan conectarse tranquilamente.

Se trata del denominado “círculo de seguridad”, donde los padres y su hijo puedan sentarse cara a cara para crear un sentimiento de igualdad.

Se le permite compartir cualquier cosa sin temor a las consecuencias, a menos que sea algo que vaya en contra de nuestros ‘límites’, lo que incluye robar, lastimar a otra persona, mentir o no asumir la responsabilidad de sus acciones”, describe la terapeuta infantil Taylor Quick.

“Es importante asegurarse de que está estableciendo límites firmes y claros y que se mantiene constante con esos límites después de conectarse con el niño”, detalla la especialista. “Le hago saber a mi hijo que aunque puede expresarse libremente, todavía tiene la responsabilidad de ser una buena persona“, afirma.

Enseñarle a los niños cómo calmarse

Enseñarle a los niños a calmarse y mantenerse optimistas a pesar de las adversidades, es otro aspecto de la inteligencia emocional. “Cuando mi hija está frustrada y trata de explicarse, la hago inhalar y exhalar profundamente antes de continuar. Paramos todo, respiramos, nos calmamos y luego le dejo hablar”, aconseja el psicólogo Daniel Goleman.

El especialista ha demostrado cómo los niños más pequeños tienen el poder de manejar sus emociones en un ejercicio que él denomina como “Belly Buddies” (amigos del vientre).

“Los niños toman su peluche favorito, encuentran un lugar en la alfombra para acostarse, se lo ponen en la barriga y lo observan subir y bajar con cada respiración. El ejercicio se centra en la atención plena, ya que el mismo circuito neuronal que te ayuda a concentrarte, también calma tu fisiología”, explica finalmente el psicólogo.