La falta de sueño es, probablemente, la causa más común de una piel “cansada” y “apagada”, aquella que le falta luminosidad y color natural en las mejillas. Pero este no es el único factor.

Carmen Navarro, reconocida profesional de la estética en España; y Estrella Pujol, especialista en Dietética, Nutrición y Homeopatía y fundadora del centro Oxigen de Barcelona, detallaron a la revista Vogue que una piel sana se logra con mucho más que un buen dormir y cremas.

La luz azul, la alimentación, el deporte, la contaminación interior y hasta la respiración son claves para tener una piel hermosa, y probablemente no les estás prestando atención. A continuación te dejamos algunos de sus consejos.

1. Cuidado con la contaminación interior

Pujol indica que si bien las toxinas domésticas no dañan de forma crónica la piel, es importante prevenir el impacto que puedan tener en el rostro.

Estas micropartículas, provenientes de la calefacción, refrigeración o productos de limpieza, pueden provocar una disminución de vitamina E de la piel y, de esta forma, la pérdida de firmeza. Para evitar esto, se pueden usar productos antipolución con efecto detox.

2. ¿Te proteges de la luz azul? ¿Usas protección solar en casa?

Actualmente pasamos mucho tiempo frente a dispositivos electrónicos y su luz azul puede provocar manchas y flacidez. En este punto, Navarro señala que debemos regular sus usos.

“Reduce todo lo que puedas esa sobreexposición y protégete con productos que actúen como un escudo y eviten, no solo la falta de luminosidad, sino también el daño oxidativo, la deshidratación y la aparición de manchas. Estando en casa con un SPF 30 es suficiente para contrarrestar los efectos de la luz azul”, explicó.

3. Desconexión digital una hora antes de irte a la cama

Esto no solo te ayudará a conciliar el sueño más fácilmente, sino que también aporta a que el sueño sea reponedor y, por ende, beneficiará tu piel.

“Si no descansas bien y duermes las horas necesarias, tu piel no puede realizar de manera correcta su regeneración celular”, añadió Navarro.

4. Adiós al sedentarismo

No es necesario tener costosas máquinas de ejercicios o estar inscrito en un gimnasio, lo ideal es realizar 30 minutos diarios de actividad física para mantener el cuerpo activo y evitar un déficit circulatorio.

“Esto quiere decir que la circulación sanguínea no va a a la velocidad óptima para permitir la correcta oxigenación de todas las células del cuerpo, incluidas las de la epidermis. Y si consideramos que la piel es el último órgano del organismo al que llegan nutrientes e hidratación, como resultado a esa falta de circulación, el rostro mantendrá mayor opacidad”, comentó Pujol.

5. Cuida tu piel antes y después del deporte

Navarro indica que es muy importante limpiarse la cara antes y después de hacer ejercicio, pues el sudor, las impurezas y la deshidratación pueden provocar imperfecciones.

“Debes liberar los poros y no solo si llevas maquillaje. Tenemos que eliminar los restos de impurezas y toxinas empleando un producto apropiado a cada tipo de piel para que no la deshidrate”, agregó.

Pexels (CC)
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6. No abuses de las harinas, carnes procesadas y embutidos

El pan, galletas y postres tientan a muchos, pero lo cierto es que el exceso en consumos de harina puede generar digestiones pesadas y estreñimiento.

Lo anterior podría derivar un brote de acné y generación excesiva de sebo, el que si no se elimina correctamente dañará y disminuirá la luminosidad natural de la piel.

En cuanto a las carnes y embutidos, Navarro ahondó que “los conservantes que emplean, como los sulfitos, son responsables, si se abusa de ellos, de la falta de luz y, además, pueden provocar inflamación y enrojecimiento“.

Puyol, en tanto, señala que todos los productos envasados contienen químicos que “afectan aporte nutricional del alimento y, por lo tanto, en la calidad de sus vitaminas, minerales, hidratos, proteínas y grasas”, lo que afecta nuestra piel.

7. Vitamina C, tu mejor amiga

De acuerdo a Navarro, la vitamina C es la que vive en una piel bonita y la responsable de otorgarle luminosidad. Para obtenerla de forma natural, consume alimentos que sean ricos en este nutriente, como las frutas cítricas, tomates y fresas.

8. Estrés

Un detalle que quizás muchos olvidan, pero que también perjudica tu piel. “Hay factores internos como el exceso de estrés o de preocupaciones, que no nos permiten bajar el ritmo, desconectar y descansar, y que también interfieren en la luminosidad de la piel”, explicó Pujol.

9. Respiración consciente

Según Navarro, esta es una práctica de deberíamos convertirla en hábito pues la oxigenación influye la luminosidad de la piel.

“Siéntate en la cama con la espalda erguida y presiona la punta de la lengua contra el paladar, justo detrás de los dientes frontales. Manteniendo esta posición, cierra la boca e inhala por la nariz hasta contar hasta 4, mantén esta respiración hasta contar hasta 7 y, a continuación, exhala por la boca alrededor de la lengua hasta contar hasta 8. Repite 4 veces”, detalló.