La Enfermedad Meningocócica Invasora es un tipo de meningitis causada por una bacteria llamada Neisseria meningitidis (meningococo). De acuerdo a Clínica Las Condes, de los 12 serogrupos (clase de microorganismos) identificados, hay seis de ellos que pueden producir epidemias y se transmite a través de secreciones respiratorias o saliva, con un periodo de incubación de 2 a 10 días.

A nivel mundial, esta bacteria causa grandes problemas de salud pública, por darse de manera frecuente y de forma epidémica en países desarrollados y subdesarrollados, a pesar de los avances en prevención, diagnóstico y tratamiento.

Síntomas iniciales poco específicos que dificultan su diagnóstico

De acuerdo con el Doctor Rodolfo Villena, pediatra infectólogo de Clínica Las Condes, la enfermedad meningocócica se da “en más del 50% de los casos, en pacientes previamente sanos, siendo de curso fulminante, con síntomas y signos inespecíficos por lo que se puede confundir con una infección viral en sus primeras horas. Incluso un diagnóstico precoz puede resultar en una evolución tórpida e insatisfactoria. Por estos motivos, la prevención a través de la inmunización (vacunas) contra el meningococo ha demostrado ser la estrategia más eficiente para su control a nivel poblacional”.

Con frecuencia los primeros síntomas de esta enfermedad son:

• Fiebre

• Decaimiento

• Dolor de cabeza

• Llanto persistente especialmente en niños

• Náuseas

• Vómitos

Algunos signos más tardíos son: manchas de color rojo vinoso en la piel y rigidez en la nuca. De todas maneras, aunque se diagnostique y trate oportunamente, de acuerdo con cifras de la OMS entre un 5 y 10% de los pacientes fallece entre las primeras 24 a 48 horas desde que aparecen los síntomas. La tasa de letalidad de la enfermedad meningocócica es del 10% al 15%, incluso con la terapia antibiótica adecuada y puede llegar al 40%.

Una enfermedad que discapacita física y psicológicamente

Esta enfermedad debe considerarse siempre una urgencia médica, ya que cerca del 30% de quienes la padecen pueden presentar algún tipo de secuela permanente. Incluso se puede llegar a sufrir discapacidades físicas y psicológicas, alterando la vida de la persona para siempre.

Hasta un 20% de los sobrevivientes tienen secuelas permanentes: éstas pueden ser motoras, auditivas, de lenguaje, visión, y cognitivas.

Si bien las secuelas físicas son evidentes inmediatamente, como las amputaciones de dedos o miembros, aquellas neurológicas pueden demorar su manifestación.

Las vacunas como principal medida de prevención

“Históricamente, el meningococo se ha comportado como un agente capaz de producir brotes de meningitis y sepsis, por cualquiera de sus serogrupos (clases de microorganismos). En Chile, durante la década de los 90 existió un brote de Enfermedad Meningococica Invasora por serogrupo B y el 2012 tuvimos uno por serogrupo W, con la tasa de letalidad más alta en los últimos 30 años, del 26%”, aporta Villena.

Según el Informe de Vigilancia de laboratorio del Instituto de Salud Pública (ISP), en el brote de 2012 hubo 117 casos de infección invasiva por meningococo. El 42% de los casos eran menores de 5 años y el 27% tenían menos de 1 año de edad.

Cabe destacar que cualquier persona puede sufrir una enfermedad meningocócica, pero los niños son aún más vulnerables debido a la inmadurez de su sistema inmune. Por lo tanto, el prevenir a través de la vacunación se vuelve una forma de protección vital para todos los grupos de la población. De hecho, las vacunas han sido un gran aporte en disminuir los casos a nivel mundial, siendo la principal forma de protección para la familia.

Aunque en nuestro país se administra por el Programa Nacional de Inmunización (PNI) una vacuna contra los meningococo ACWY, a los 12 meses de edad, ésta no protege contra el meningococo B. Prontamente estará disponible en el mercado una vacuna contra el meningococo B, el cual causó más del 40% de los casos en lactantes en el año 2017.

El llamado del especialista es a que todos los miembros de la familia “se acerquen a su médico para evaluar la forma de acceder a las vacunas disponibles en Chile (algunas de ellas cubiertas en el PNI), las cuales pueden ser administradas desde los 2 meses de vida en adelante. En caso de haber estado en contacto cercano con alguien con meningococo, debe contactarse con su médico para evaluar la necesidad de recibir quimioprofilaxis antibiótica y evitar que más personas se enfermen”.

Existen una serie de medidas de prevención de la enfermedad meningocócica que tienen relación con la mantención de una buena salud, higiene en el hogar principalmente con la ventilación y el lavado frecuente de manos, cubrirse la boca y nariz al estornudar o toser, y evitar el intercambio de saliva, enfriamientos y lugares hacinados. Sin embargo, es importante reforzar que la medida más eficaz es la vacunación.