Una reportera de la cadena CNN rompió en llanto mientras informaba sobre las víctimas de covid-19 desde California, Estados Unidos.

Sara Sidner se encontraba realizando un despacho para contar la historia de Juliana Jiménez Sesma, quien tuvo que despedir a su madre -que falleció por el covid- en un estacionamiento.

Esto, debido a que los centros de salud y funerarias se mantienen colapsados en el sur de Los Ángeles por el alto número de fallecidos por coronavirus.

La historia de la mujer caló hondo en la periodista. No sólo por la manera en que debió dar su último adiós a su progenitora, sino porque además anteriormente su padrastro también había muerto por el virus.

“Este es el décimo hospital en el que he estado… perdón, intentaré seguir adelante con esto. Este es el décimo hospital en el que he estado y ver cómo las familias tienen que vivir con esto… es difícil de llevar”, comenzó señalando Sidner, tras lo cual la presentadora indicó que no tenía por qué disculparse.

“No está bien lo que nos estamos haciendo entre nosotros, esta familia no debería haber pasado por esto, por favor no dejen que ellos sean ustedes, hagan lo que puedan para evitar que esto mate a tu familia”, añadió con lágrimas en sus ojos.

Tras la viralización de las imágenes, la periodista se refirió a lo sucedido mediante una carta publicada por la CNN.

“Durante mucho tiempo me han enseñado como mujer ‘nunca dejes que te vean llorar’, ni en público ni en el trabajo, especialmente. Pero lo hice el martes. Lloré. No pude controlar mis lágrimas. No pude usar mis palabras”, escribió.

“Ocurrió no solo en público, sino en CNN, frente a Estados Unidos y el mundo. Lo que me conmovió hasta las lágrimas fue, al principio, simplemente rabia. Rabia contra aquellos que no se toman nuestros males en serio y aquellos que luchan activamente contra la verdad. Están poniendo en peligro la vida de las personas”, añadió.

Junto con criticar a quienes no usan mascarillas, la reportera abordó el problema que se vive en el sur de Los Ángeles, en donde aseguró que hay “10 veces menos médicos por residente que en el resto de California”.