El reciente hallazgo realizado por un equipo de pesca canadiense se ha convertido en la prueba irrefutable del impacto que puede tener la acción humana en los océanos.

Esto luego que pescadores encontraran una langosta con un logotipo “tatuado” en una de sus pinzas, el que muchos relacionan con el de la bebida Pepsi.

La anomalía presentada por el crustáceo -que fue ubicado el pasado martes 21 de noviembre en las cercanías de la isla Grand Manan, en Canadá- fue descubierta por Karissa Lindstrand, una de las tripulantes de la embarcación.

Según comentó la mujer al periódico Global News, anteriormente había visto casos de langostas con sus pinzas deformadas aunque nunca había presenciado algo similar a esto.

Y aunque ya ha pasado más de una semana desde su hallazgo, aún no hay un consenso sobre cómo fue que el logo llegó hasta el crustáceo.

Karissa Lindstrand
Karissa Lindstrand

Aunque algunos piensan que la langosta podría haber crecido junto a una lata del refresco, otros creen que una parte del plástico quedó pegada en la especie marina.

Lindrstand, quien reconoció ser fanática de esta conocida bebida, señaló que a su juicio no corresponde a un trozo de papel de la etiqueta, aunque tampoco tiene la certeza sobre lo que realmente ocurrió.

Independiente de esto, lo cierto es que este caso grafica el irresponsable actuar del humano en cuanto a la contaminación.

Cabe señalar que los plásticos que permanecen en el mar, durante cientos de miles de años, pueden entrar en la cadena alimentaria, acumulándose en los estómagos de los peces, mamíferos marinos y aves marinas.

Incluso, un equipo de investigación del navío TARA de bandera francesa, descubrió altos niveles de contaminación en el mar antártico en 2012, hallando en un kilómetro cuadrado hasta 50 mil fragmentos de plástico.