Un reciente descubrimiento podría resolver uno de los misterios de la aviación moderna, tras el presunto hallazgo del avión que piloteaba Amelia Earhart, la estadounidense que soñaba con ser la primera piloto en dar la vuelta al mundo.

Amelia Earhart fue una piloto estadounidense que desapareció en las aguas del Océano Pacífico el 2 de julio de 1937. Desde el accidente, su nombre quedó ligado a uno de los misterios sin resolver de la aviación.

En efecto, a bordo del modelo Lockheed Electra 10E, la nacida en Atchison (Kansas) soñó con dar la vuelta al mundo, en una hazaña en que las mujeres estaban excluidas de lograr, pero Earhart estaba decidida a cambiar.

No obstante, el avión de Amelia que debía aterrizar para recargar combustible en la Isla de Howland, un atolón coralino, ubicado entre Australia y Hawái, se perdió sin dejar pistas.

Luego del incidente y una búsqueda infructuosa, la piloto fue declarada muerta el 5 de enero de 1939.

Y a pesar que el misterio se ha extendido durante décadas, hoy una expedición a cargo de la empresa Deep Sea Vision, pudo obtener la pista definitiva que puede resolver el misterio de la desaparición de Earhart. En este sentido, las imágenes provenientes de un sonar, captadas en las cercanías de la Isla de Howland -a unos 4.500 metros de profundidad- detallan lo que sería la silueta del aeroplano.

Si este es el caso ¿podría ser este hallazgo la clave para encontrar el avión de Earhart?.

Quién es Amelia Earhart

En Estados Unidos, Amelia Earhart es considerada una pionera que abrió los cielos a muchas mujeres que soñaban con volar. De ahí que el hecho que inspiró a Amelia fue un vuelo de prueba realizado en 1920.

En ese instante, acompañó al piloto Frank Hawks, con quien viajó por Long Beach (California). Según National Geographic, Earhart mencionó emocionada las siguientes palabras: “Cuando ascendí hasta los sesenta o noventa metros supe que tenía que volar”.

Amelia Earhart

Desde entonces, los esfuerzos para convertirse en piloto la ilusionan, pues Amelia comienza sus clases con la piloto Neta Snook. Del mismo modo, para pagar el curso trabajó como chofer de camión, fotógrafa y taquígrafa, para ahorrar dinero y poder comprar su primer avión, un biplano Kinner Airster amarillo al que bautiza como “El Canario”, con el que alcanza el récord de altitud femenino de cuatro mil metros, recogió el diario Página 12.

Las hazañas de Amelia Earhart

Entre 1930 y 1935, Amelia rompe siete récords de velocidad y distancia. De hecho, Earhart viajó entre Hawái y Oakland, mejorando el registro que tanto hombres y mujeres ansiaban romper.

También fue pionera de la aviación estadounidense, pilotando entre dos países, desde Los Ángeles (Estados Unidos) a México, un hazaña que le tomó un día.

Igualmente, Amelia estaba siempre buscando desafíos y marcas que romper, como cruzar el Océano Atlántico, una acción que logró realizar al viajar hacia Gales en 1928, en medio de una lluvia torrencial que amenazaba con derribar al avión.

Amelia Earhart desapareció a los 39 años

Sin embargo, lejos de sentirse satisfecha, Earhart buscaba lograrlo, sin ayuda, ya que viajó junto al piloto Wilmer Stultz y el mecánico Louis Gordon. Según el Servicio Público de Radiodifusión (PBS en sus siglas en inglés), Amelia no creyó merecer los elogios por ser la primera mujer pasajera en un vuelo transatlántico: “Stultz hizo todo el vuelo, tuvo que hacerlo. Yo era sólo un equipaje, como un saco de papas”.

Esta situación habla por sí sola, pues Amelia era exigente con sus logros. En 1932, decidida en adquirir nuevos récords, emprende un segundo viaje sobre el Océano Atlántico hasta llegar a Irlanda del Norte, siendo recibida por una multitud que celebra su llegada.

El accidente que provocó su desaparición

Con los ojos puestos en un desafío que dejaría una huella para siempre, Amelia encabeza los preparativos para su máxima prueba, que supondrá la realización de sus sueños: dar la vuelta al mundo. Pero no cualquier trayectoria, pues la aviadora con 39 años, planificó rodear la línea del Ecuador para cruzar por América del Sur, África, India y Lae, Nueva Guinea, una hazaña nunca antes lograda en la historia.

En esa misma línea, para alcanzar la meta, ella compró un avión bimotor de metal de 3.6 metros, un modelo Lockheed Electra 10E, capaz de volar largas distancias, consignó un documental de BBC Mundo.

Amelia Earhart y el Lockheed Electra

Sin embargo, surgieron dudas de cómo recargar combustible para cubrir los miles de kilómetros hasta llegar a Honolulu. De esta manera, la logística de la misión concluyó que la Isla de Howland sería la base para suministrar combustible, en un terreno de solo 800 metros de ancho y 2.400 metros de largo, en una pista especialmente construida por la Marina de Estados Unidos. De ahí que este esfuerzo sería el último de Amelia, quien iba acompañada por el navegador aéreo Fred Noonan.

Si bien el viaje fracasó en un primer intento, tras un accidente en el despegue, de nuevo la tripulación preparó un segundo viaje el 1 de junio de 1937. En ese mes, el Lockheed recorrió cerca de 35.405 kilómetros en treinta días, sobrevolando las ciudades de Miami hasta San Juan, en Puerto Rico.

También la ruta contempló el recorrido por Latinoamérica, pasando por Venezuela y después hacia el mar Rojo, en el continente africano. Asimismo, el viaje cubrió una distancia inédita en aquellos tiempos, desde Pakistán a Indonesia.

Mientras uno de lo tramos finales era la isla de Howland, el equipo del buque Guardacostas, Itasca, que estaba encargado de dar las instrucciones para poder aterrizar en la pista, recibieron la última comunicación de Amelia: “KHAQQ llamando al Itasca. Debemos estar encima de ustedes, pero no los vemos… El combustible se está agotando…”, después del mensaje se perdió todo contacto con el avión.

Posible hallazgo de avión

Según la última comunicación de Earhart, el avión desapareció a 160 kilómetros de Howland, después de despegar de Lae (Nueva Guinea). Ahora bien, después de tantos años, la empresa de exploración submarina Deep Sea Vision, aseguró encontrar los restos del avión en las aguas del Océano Pacífico.

Tony Romeo, director general de Deep Sea Vision, explicó que la imagen amarilla proveniente de un sonar podría tratarse de los contornos del modelo Lockheed Electra. “Empezamos examinando su último vuelo. Observamos su trayectoria de vuelo, analizamos los vientos, su altitud, toda la información que teníamos y llegamos a un área que pensamos que era razonable y la probabilidad más alta de donde podría haber caído”, indicó El País.

Por esta razón, al tener un contorno parecido al biplaza del Lockheed, el equipo cree que se trata del avión perdido. Sin embargo, el siguiente paso es ocupar una cámara robótica para llegar hasta la aeronave, una acción que puede demorar varios años, porque se encuentra a 4.800 metros de profundidad.

Las normas internacionales de arqueología subacuática sugerirían que la aeronave permaneciera donde está, si resulta ser el avión de Amelia, dijo Ole Varmer, abogado jubilado de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y colaborador principal de The Ocean Foundation.

Según Varmer, es posible realizar investigaciones no intrusivas para averiguar los motivos del accidente.

“No se trata sólo de los restos del naufragio. Es dónde está y su contexto en el lecho marino. Es parte de la historia de cómo y por qué llegó allí. Al rescatarlo, se destruye parte del yacimiento, que puede aportar información”, concluyó.