Se trata de un escritor que, según su relato inicial, estuvo postrado en una cama por más de 3 décadas. La situación se salió de control, al asegurar que estuvo en estado de coma por una caída en un buque en Irak, para luego cambiar su versión varias veces. La prensa española, sin embargo, no le perdonó su literal desliz y lo desmintió con toda rigurosidad.

Su mezcla de acentos distrae a cualquiera. Pero sólo en un inicio. Lo que realmente captura la atención, es la complicada trama que resultó una mentira, la cual se formó como una gigante bola de nieve que terminó por embestirlo.

El protagonista es José Manuel Blanco Castro, identificado además como un escritor que usa el alias de Manel Monteagudo, además de una estrategia que cayó por su propio peso: decir que estuvo en un prolongado estado de coma durante más de 3 décadas.

La prensa en España se dio a la tarea de comprobar una serie de dichos del mismo Monteagudo, los cuales realizó en distintos tiempos y formas durante los últimos 5 años. La rigurosidad periodística, aplicada en los mensajes de este que ya consideran todo un personaje, fue el medio para desmentirlo.

Su última intervención en medios de comunicación, en el programa La Hora de la 1, de TVE, fue el desliz verbal, no coincidente con el resto de historias, que lo hizo caer en su propia mentira.

Las contradicciones del “coma de 35 años”

En 2017, en una publicación de Facebook, Manel Monteagudo, relató que una caída de juventud en un buque, le dejó secuelas graves, pero no hablaba de un estado de coma.

El relato de Facebook donde el argentino Manuel Monteagudo no mencionó el coma de 35 años.
RTVE / España

No obstante, dos años después, (2019) en La Voz de Galicia, salía la historia del hombre que estuvo en un estado comatoso, pero por dos meses y medio.

“Fue ingresado en un hospital iraquí en estado de coma, en el que permaneció durante 64 días. Parcialmente recuperado, pero con secuelas, el 19 de junio regresaba a España”, indicó.

En las últimas semanas, coincidiendo con la presentación de su nuevo trabajo editorial, el escritor le dijo a los medios españoles, incluido uno de TVE, que permaneció en estado de coma durante 35 años, olvidando la publicación en redes sociales que hizo en 2017, donde no mencionó el coma, o la que otros informativos realizaron hace dos años, contando de uno mucho más corto del que asegura en la actualidad.

“En el primer momento estaba muy desconcertado, estaba en una habitación que no conocía. Pensé que había tenido el accidente el día anterior, en ningún momento sabía que había regresado a España”, relató en la televisión, tras agregar que todo ocurrió en Irak y que su novia de juventud fue quien se ocupó de él durante su (supuesto) obligado transe de más de 3 décadas.

Hay más contradicciones por las que se despertaron del coma las sospechas periodísticas y que eran próximas a sus argumentos de hoy.

A la revista Terra de Outes (Páginas 20 y 21), le dijo el año pasado: “Al cabo de tres meses [del percance] recuperé el conocimiento, aunque debí quedarme todavía dos meses más en Irak porque los daños cerebrales eran tan graves que no podia hablar ni caminar, ni mucho menos valerme por mí mismo”.

Este mes en curso, en una biografía de la Asociación de Escritoras y Escritores en Lengua Gallega (AELG), aseguró, haciendo variar la trama, que estuvo “prácticamente vegetal”, no en coma.

Su editorial ya había dicho en una presentación que “marchó de nuevo para Alemania” en 1988. Los años, no obstante, en los que sufrió la caída, y que oscilan en sus relatos, son 1978 o 1979. Lo único que se sostiene es la fecha 28 de febrero y que tenía 22 años. Ya en otros sitios se dice que estuvo “semi-vegetal”.

Incluso, hay medios como La Voz de Galicia, que han tomado la historia de Monteagudo en más de una ocasión. La más reciente, fue en junio pasado.

Uno de los medios que ha retomado hasta en varias ocasiones la historia de Manel Monteagudo es La Voz de Galicia.
La Voz de Galicia / España

Desmentido en la televisión: “Esto se fue de madres”

Por si fueran pocas las versiones, Manel se vio obligado a ofrecer una última y, al parecer, definitiva, cuando se vio emplazado por los micrófonos periodísticos de cadenas españolas importantes.

Afuera de una casa, que parece ser su domicilio, Monteagudo respondió de forma agresiva a los medios, pero su molestia se volvió hacia él, a juzgar por sus palabras.

“Yo no estuve en coma en ningún momento”, fue su primera frase. De ahí la retórica se encaminó a un abrupto despertar, uno real, que lo volvió de golpe a la certeza que buscaba el fact checking español.

“¿Qué fue lo que pasó?”, prosigue su relato. “Durante 35 años tuve de 14 a 16 desmayos diarios. Ojalá, de todo corazón lo digo, ojalá estuviese en coma. Que por lo menos, no le daba el trabajo que le di a mi mujer”, en referencia a la novia de su juventud, con la que asegura que se casó después. Aunque, en medio del coma que antes adujo, habría sido imposible.

“Debí cortarlo antes porque esto se salió de madres. Yo, en ningún momento, mi intención era semejante cosa y admito y asumo toda la culpabilidad y acepto todo lo que ustedes me digan”, le aseguró a los periodistas en un mea culpa que llegó luego de años de versiones variadas.

Sin saber a ciencia cierta si esta será la definitiva, Manel Monteagudo deberá esperar los resultados del veredicto de la opinión pública, los cuales podrá medir, de acá a un futuro próximo con la salida de su nuevo libro y con la atención que le presten los medios locales, luego de los más recientes acontecimientos.

Por cierto, al cierre de esta nota, el periódico El Mundo consignaba un encuentro agresivo con los medios que le seguían la pista al escritor. “No me grabes”, les reprochaba. Después, tuvo a bien profundizar por qué mintió de la forma en que lo hizo.

“Yo no estuve en coma en ningún momento. Nosotros vivíamos muy tranquilos y por una tontería, porque fue una tontería, por una tontería de nada mira lo que se levantó. Gente de mi entorno me decía: ‘Manel, ahora sigue, porque esto en 15 días se acaba. Ahora siga con la versión porque si no, va a quedar usted muy mal"”

Y se cumplió, porque el “despertar” fue más duro de lo que el escritor aseguró en sus falsos relatos.