Diversas pandemias han azotado a la raza humana a lo largo del tiempo. Desde la Plaga de Atenas en el año 430 a. C., hasta la irrupción del virus Zika en 2014, el desarrollo humano ha debido lidiar con la propagación de nuevas enfermedades.

Sin embargo, si hablamos de las pandemias más mortales en la historia, una de las que rápidamente destaca por sobre el resto es la llamada peste negra, la que asoló Europa desde 1347 hasta 1400, dejando entre 50 a 80 millones de europeos muertos (el 60% de la población del continente en aquel entonces según la investigadora Diane Zahler) y una serie de consecuencias económicas, sociales y políticas.

De acuerdo al sitio Enciclopedia Salud, una pandemia es la expansión de una enfermedad infecciosa a lo largo de un área geográficamente muy extensa, a menudo por todo el mundo.

“Para que una enfermedad pueda calificarse de pandemia debe tener un alto grado de infectabilidad, cierta mortalidad y un fácil contagio de una zona geográfica a otra”, precisa el citado portal.

Ilustración de la peste en la "Crónicas de Gilles Li Muisis" (CC) Wikimedia Commons
Ilustración de la peste en la “Crónicas de Gilles Li Muisis” (CC) Wikimedia Commons

Precisamente esto fue lo que provocó la peste negra, conocida también como muerte negra, la mayor pandemia del siglo XIV que según se cree, comenzó en alguna parte del norte de la India, probablemente en las estepas de Asia central.

Las investigaciones sugieren que llegó a Europa por los ejército mongoles, específicamente a la colonia genovesa de Caffa (actual Feodosia).

Aunque la enfermedad no se contrae por contacto con los muertos, los historiadores afirman que los mongoles arrojaban con catapulta los cadáveres infectados con la peste hacia el interior de la ciudad.

Tal como recoge el portal de la National Geographic, la terrible plaga procedente de Asia “se extendió por toda Europa en poco tiempo, ayudada por las pésimas condiciones higiénicas, la mala alimentación y los elementales conocimientos médicos”.

La peste de Marsella de 1720, fue el último brote de epidemia de peste registrado en Francia (CC) Wikimedia Commons
La peste de Marsella de 1720, fue el último brote de epidemia de peste registrado en Francia (CC) Wikimedia Commons

Posteriormente los refugiados de Caffa llevaron la peste a otras localidades como Génova y Venecia. Las escenas provocadas por su mortalidad fueron aterradoras, al punto que algunos barcos llegaban a las costas sin nadie vivo.

La peste se fue extendiendo desde Italia por Europa afectando a Francia, España e Inglaterra (en junio de 1348), Alemania, Hungría, Escandinavia y finalmente el noroeste de Rusia.

Algunas localidades fueron totalmente despobladas, con los pocos supervivientes huyendo y expandiendo la enfermedad aún más lejos.

Esta progresiva disminución en la población acarreó importantes cambios económicos, principalmente debido al aumento en la movilidad social.

Las ratas devoran un cadáver | National Geographic
Las ratas devoran un cadáver | National Geographic

La enfermedad generó una profunda contracción del área cultivada en Europa, disminuyendo la producción agraria.

De hecho, se estima que esta caída llegó a ser de un 40 % en la zona norte de Italia, en el entre 1340 y 1370. Si bien hubo diversos brotes después de 1348, ninguna fue tan mortífera como aquella.

La principal vía de contagio de la peste eran las picaduras de pulgas. Y aunque sea sumamente complejo determinarlo con una enfermedad que afectó a tantas personas de diferentes lugares, se cree que algunas profesiones estaban más expuestas a ella.

Es así como los comerciantes de telas tenían mayor tasa de riesgo en comparación a los herreros, debido a que las pulgas se ocultaban en los tejidos.

Rápidamente la población se dio cuenta de esto, desencadenando medidas como quemar la ropa de los enfermos para evitar el contagio, además de prohibir la llegada de cargamento con tejidos.

Incluso, en algunas partes se llegó a prohibir el ingreso a ciudades de viajeros sin antes se cambiara completamente ropa, usando vestimentas nuevas entregadas por los propios ciudadanos.

Un artículo del periódico español ABC, sostiene que la peste negra demuestra para muchos estudiosos el término de la crisis del sistema feudal.

No obstante, agrega que también murieron diversos representantes de la nobleza: reyes como Alfonso XI de Castilla, Juana II de Navarra, Margarita de Luxemburgo, la reina consorte húngara esposa de Luis I, Felipa de Lancaster y la reina consorte portuguesa de Juan I de Portugal murieron por la peste.

El triunfo de la muerte

La baja esperanza de vida en la Europa de aquel entonces, generó una conciencia especial sobre la muerte, especialmente después de la peste negra.

Esto fue aprovechado por Peter Brueghel para realizar su pintura llamada “El Triunfo de la Muerte” (1562), en el que un ejército de esqueletos arrasan con todo lo que se cruza a su paso.

“Ahogados, decapitados, ahorcados, degollados, quemados… las personas representadas mueren de todas las formas posibles”, resume el portal La memoria del arte.

El triunfo de la muerte
El triunfo de la muerte

Mayo Clinic señala que la peste bubónica es una infección bacteriana grave que se transmite mediante las pulgas.

“Durante la Edad Medieval se conoció como la peste negra, y en la actualidad afecta a menos de 5000 personas por año en todo el mundo. Puede ser mortal si no se trata rápidamente con antibióticos”, agrega el citado portal.

Cabe señalar que el organismo que la provoca, yersinia pestis, vive en los pequeños roedores que habitan en regiones rurales de África, Asia y Estados Unidos.

Se transmite a los humanos a través de las mordeduras de pulgas que se alimentaron de roedores infectados o personas que tocaron animales afectados.