Las redes sociales llegaron para cambiar nuestras vidas. Se estima que un año atrás, en Chile, WhatsApp, Facebook e Instagram eran las redes sociales que se imponían frente a las demás, con un uso casi transveral por grupo etario. Pero esta utilización masiva estaría generando un fenómeno psicológico poco conocido: el fear of missing out o FOMO, que se traduciría como el miedo a estarse perdiendo algo.

El psicólogo Mark Travers escribió en el sitio especializado Psychology Today que el FOMO se define como “una aprensión generalizada de que otros puedan estar teniendo experiencias gratificantes de las que uno está ausente”.

Para el psicoanalista y profesor en el programa de psicología de la Universidad de Guelph-Humber, Bradley Murray, esto se produce cuando no se utilizan las redes sociales de forma inteligente, y terminamos “apegándonos excesivamente a experiencias interesantes”, provocando “un signo de infelicidad más profunda”.

En este sentido, añade que es común que las plataformas digitales fomenten la sensación de “miedo a que sucedan eventos emocionantes o interesantes en otro lugar y que no podamos participar”.

Un riesgo silencioso

El experto advierte que se ha demostrado que quienes presentan altos niveles de FOMO podrían ser más imprudentes al conducir, pues incluso serían más propensos a mirar el celular mientras van manejando un automóvil; también podrían ser imprudentes, observando el teléfono mientras comen en familia e, incluso, chequearían su celular siempre antes de dormir y al despertarse.

Si bien es un sentimiento común, podria afectar en la búsqueda de una felicidad duradera. El especialista aconseja enfrentar la realidad de que simplemente no se puede tener todo lo que se quiere.

“Es una señal de que algo anda mal en la forma en que buscamos la felicidad y que no somos tan felices como podríamos ser. Debería advertirnos que, en nuestro afán por utilizar la tecnología digital para tratar de hacernos más felices, es posible que sin querer estemos produciendo exactamente el resultado opuesto”, señala.

Medición

El FOMO es medible mediante una escala propuesta por Andrew Przybylski y sus colaboradores, la que fue publicada en 2013 en la revista Computers in Human Behavior.

Esta está confeccionada con 10 oraciones que deben ser calificadas por los encuestados en una escala de 1 a 5, donde 1 es “nada cierto para mí” y 5 es “extremadamente cierto para mí”. Los resultados finales indican una sumatoria que debe ser analizada por un experto.

Las preguntas son:

1. Temo que otros tengan experiencias más gratificantes que yo.
2. Temo que mis amigos tengan experiencias más gratificantes que yo.
3. Me preocupo cuando descubro que mis amigos se divierten sin mí.
4. Me pongo ansioso cuando no sé lo que están haciendo mis amigos.
5. Es importante que entienda los “chistes internos” de mis amigos.
6. A veces, me pregunto si dedico demasiado tiempo a estar al tanto de lo que sucede.
7. Me molesta cuando pierdo la oportunidad de reunirme con amigos.
8. Cuando lo paso bien, es importante para mí compartir los detalles en línea (por ejemplo, el estado de actualización).
9. Cuando me pierdo una reunión planificada, me molesta.
10. Cuando me voy de vacaciones, sigo estando al tanto de lo que hacen mis amigos.