¿Te ha pasado que tras vivir un período muy estresante -exámenes finales, trabajo intenso, problemas personales- por fin descansas o sales de vacaciones y te enfermas?

Podrías pensar que sólo tienes muy mala suerte, pero la verdad es que no es una mera casualidad. Se trata de un fenómeno bautizado como “efecto let-down”, y que consiste en experimentar dolores o derechamente enfermarte cuando finaliza un período de mucha presión.

Así lo explica el psicólogo Marc. Schoen, profesor clínico asistente de medicina en la Universidad de California en Los Ángeles y autor del libro “Cuando la relajación es peligrosa para su salud”.

El especialista señala que Son varios los estudios que han relacionado la disminución del estrés con un aumento de dolor y malestares, así como también se ha encontrado que las personas sufren más ataques de pánico los fines de semana o que los días festivos y domingos hay más casos de afectados por úlceras en urgencias que los días de semana.

Entre estas investigaciones esta la de la Facultad de Medicina Albert Einstein de Nueva York, la cual siguió a un grupo de pacientes con migraña y les pidió que rastrearan sus síntomas y patrones de estrés durante tres meses. Los resultados mostraron que los niveles de estrés de los participantes no afectaron la aparición de la migraña, pero cuando el período de presión terminaba solían sufrir episodios de migraña durante las siguientes 6 a 18 horas. Esto evidenció algo que los expertos llamaron “dolor de cabeza de bajada”.

Según Schoen, este efecto “let-down” también puede puede manifestarse en brotes de asma, aumento de malestares en enfermedades autoinmunes como el lupus o la enfermedad de Crohn, problemas digestivos y afecciones de la piel (como eczema y psoriasis).

Pero, ¿qué es lo que ocurre? “Durante el estrés agudo, el cuerpo libera hormonas clave como glucocorticoides (como cortisol), catecolaminas (como norepinefrina) y adrenalina, para prepararte para luchar o huir del peligro y activar el sistema inmunológico para intensificar tu estado de alerta. En el proceso, los glucocorticoides pueden reactivar infecciones virales latentes como el herpes simple 1 -que causa el herpes labial- y el virus de Epstein-Barr -que puede desencadenar fatiga, fiebre, dolor de garganta e inflamación de los ganglios-, cuyos síntomas sólo son obvios después de unos días”, explica la neurocientífica del comportamiento Leah Pyter, profesora asistente de psiquiatría en el Centro Médico de la Universidad Estatal de Ohio en Columbus. Es por eso que los síntomas pueden aparecer después de que el estrés desaparece, por ejemplo, durante un fin de semana, vacaciones o después de un período de exámenes.

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Así entonces, mientras estás bajo presión, estas hormonas te protegen contra la percepción del dolor y los síntomas, “lo cual es útil en el momento porque puede ayudarte a alcanzar la seguridad en una situación peligrosa sin que el dolor te obstaculice”, explica la psicóloga Dawn Buse, directora de medicina del comportamiento en el Montefiore Headache Center y profesora asociada de neurología en el Albert Einstein College of Medicine.

“Después de que ha pasado un período estresante, el cuerpo vuelve a un estado de normalidad y muchos de los sistemas que se activaron se calman. Esto incluye una caída en el cortisol, así como otras hormonas del estrés que podrían preparar el escenario para iniciar una migraña”, añade la especialista, señalando que esto también podría desencadenar un brote de otras formas de dolor crónico, como la fibromialgia y la artritis, consigna US News.

Según los especialistas, esto también podría afectarte a nivel mental y llevarte incluso al abuso de sustancias. “El estrés emocional y el estrés físico provocan la misma respuesta inflamatoria, lo que abre la puerta a la enfermedad o al efecto let-down”, explica Schoen. Después de que cualquiera de estos tipos de estrés desaparece, hay “una regulación a la baja del sistema inmunológico, una supresión de la respuesta inmunitaria, como una reacción al alivio del estrés”. Además, el aumento y la caída de las hormonas del estrés podrían derribar los niveles de dopamina en el cerebro, lo que puede desencadenar la sobrealimentación y el abuso de sustancias a medida que las personas (inconscientemente) intentan aumentar sus niveles de dopamina para poder sentir recompensa y placer nuevamente”, explica Schoen.

¿Cómo evitar caer en el efecto let-down?

Para prevenir que esto ocurra, lo primero es evitar que la tensión te consuma. Para ello puedes controlar tu ritmo cuando estés bajo presión, haciendo mucho ejercicio, durmiendo, comiendo de manera saludable y tomando tiempo para relajarte, ya sea con meditación, rutinas de respiración u otras técnicas.

Así lo aconseja Nieca Goldberg, directora médica del Centro Joan H. Tisch para la Salud de la Mujer en el Centro Médico Langone de la NYU. “Durante un período estresante, ten un plan que requiera descansos a medida que lo atraviesas” para que no estés acelerado las 24 horas, los 7 días de la semana.

De hecho, según Buse, la “respuesta de lucha o huida del cuerpo se puede desactivar con bastante eficacia a través de la respiración diafragmática y las imágenes visuales guiadas. Alguien que tiene altos niveles de estrés en el trabajo podría simplemente tomar 30 segundos para concentrarse en su respiración entre reuniones y citas y tratar de evitar la acumulación de estrés que podría ocurrir en el transcurso de un día”.

Si ya es tarde para eso, puedes mitigar el efecto let-down ayudando a tu cuerpo a eliminar el estrés de a poco. Por ejemplo, puedes mantener tu cuerpo ligeramente acelerado para evitar que tu sistema inmunológico se reduzca abruptamente cuando el estrés termine.

Esto último puedes lograrlo, asegura Schoen, estimulando tu mente y cuerpo. Puedes hacer “ejercicio moderado en ráfagas rápidas, como trotar o caminar escaleras durante cinco o seis minutos a la vez, varias veces al día, puede ayudar”, aconseja Schoen.

Y para la estimulación mental, puedes resolver problemas matemáticos desafiantes, crucigramas, videojuegos, o jugar al ajedrez bajo presión durante 30 a 60 minutos.

Schoen señala que puedes realizar estas actividades durante tres días tras finalizado un período estresante y así mejorarás tus probabilidades de salir del estrés sin enfermarte.