En los últimos años se ha impuesto con fuerza una tendencia a la hora de tener bebés: los partos respetados, aquellos que son mínimamente intervenidos o, derechamente, no medicalizados.

Esta opción tomada por algunas mujeres considera en su forma más “pura” el atravesar el proceso de parto en conexión con todas las vivencias físicas asociadas a éste, incluidas las contracciones que suelen ser dolorosas.

Pero, pese a que los partos sin medicina de por medio llaman a conectarse con “el dolor primitivo de parir”, lo cierto es que cada vez con mayor frecuencia hay voces que se alzan para reivindicar el derecho de las mujeres a atravesar por este momento cúlmine de sus vidas sin dolor, es decir, recurriendo a la medicina.

Una de estas voces que ha causado revuelo en los últimos días es la de la española Elena Casado, médico anestesióloga que tomó su tribuna en Twitter para manifestar su férrea defensa del parto medicalizado: “Les voy a reventar la burbuja”, afirmó, para expresar su opinión sobre aquellas personas que hacen sentir mal a las mujeres que eligen recibir fármacos para calmar el dolor de las contracciones o el parto.

Pero antes de contarte lo que dijo la especialista, te invitamos a revisar un poco de contexto:

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¿Qué es el parto respetado?

De acuerdo a la Unicef, el parto respetado es aquel en el que la mujer sigue su propio pulso de parto, evitando todo tipo de intervenciones innecesarias, y también decide la forma de controlar el dolor durante el proceso.

Este escenario representa múltiples beneficios para la madre y el recién nacido según lo manifestado por el doctor Eduardo Faúndez, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia de Clínica Bupa Santiago. “La gran ventaja está en aquellas características menos medibles, como por ejemplo, el apego con el recién nacido. Además, existe una recuperación más rápida y menos depresión post-parto. El parto humanizado genera relaciones familiares más sanas y duraderas, e incluso algunos estudios muestran un mejor desarrollo de la esfera cognitiva y emocional en el largo plazo”, señaló.

Lo anterior es de suma importancia según la Organización Mundial de la Salud, la cual alertó que la creciente medicalización de los nacimientos está dañando la capacidad de las mujeres para dar a luz. “El parto debe ser tratado como un proceso natural, con la madre en el centro de la toma de decisiones y solo debe intervenirse cuando haya complicaciones“, indicaron.

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Juana Ringeling y su defensa del parto respetado

Incluso en Chile este tipo de partos se han hecho presentes en la vida de muchas madres.

Ese es el caso de la actriz Juana Ringeling, quien el pasado 28 de junio recibió a su primer hijo, Aurelio, fruto de su relación con el actor Matías Assler.

A través de un profundo post en su cuenta de Instagram, la artista se refirió a la llegada de su hijo mediante un parto no medicalizado: “Nos preparamos para que nacieras como mamífero, afrontando el dolor, no como sufrimiento sino como el viaje para ir a buscarte (…) El cuerpo se retuerce, se rompe, se eleva para abrir paso al alma dispuesta, bañada en oxitocina para recibirte con un amor inmenso”, señaló Ringeling.

A ello, la intérprete agregó que su primogénito llegó con “la convicción profunda de tu familia y equipo médico de que debemos y podemos devolverle el parto a las mujeres y nuestras crías. Quitarnos el miedo, creer en nuestra fuerza y naturaleza de parir. Desmedicalizar este proceso y construir una sociedad donde el parto respetado sea un derecho“.

Juana y Matías esperando a Aurelio | Instagram
Assler y Aurelio | Instagram

Pero estas palabras dividieron a sus seguidoras, considerando que algunas aplaudían su elección mientras otras defendían su derecho a recurrir a la medicina.

“Me gusta tu forma de expresarte y dar la bienvenida a tu bebé, pero también hay que respetar a las mujeres que quieren tener partos sin dolor por distintos motivos: médicos, miedos, etc. Mujeres han muerto dando a luz porque sus cuerpos no lo soportan o distintos factores. Hay que ser agradecidos también de los avances médicos para que muchas mujeres puedan seguir con vida al momento de dar a luz, yo soy una de ellas”, señaló una de sus seguidoras, quien recibió casi de mil ‘Me gusta’ por sus declaraciones.

Y es que, precisamente, existen muchas madres que durante el proceso de parto piden intervención, en específico, la anestesia epidural, para evitar los dolores producidos en el trance de dar a luz.

Esta anestesia consiste en la introducción de un anestésico local en el canal raquídeo o columna vertebral con el objetivo de interrumpir la transmisión nerviosa del dolor. “Para hacerlo, se realiza una punción en la espalda a nivel lumbar y se coloca un catéter, a través del cual se administra el analgésico. Este no tiene efecto inmediato, sino que comenzará a disminuir el dolor entre 10 y 20 minutos después”, indicó el medio The Huffington Post.

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La “explosión” de Casado

Precisamente, en el marco de una “ola de madres” que defiende a rajatabla el derecho al parto respetado sin medicación y que se lanza en contra de la epidural, la doctora Elena Casado quiso ponerle freno a los comentarios extremistas.

A través de su cuenta en Twitter, la anestesióloga señaló:

Elena Casado | Twitter

Pero su mensaje fue recibido con discrepancias, sobre todo de quienes la criticaron por “defender lo suyo” considerando su calidad de anestesióloga. Frente a eso la mujer no se quedó callada y acto seguido escribió:

Elena Casado | Twitter

En otro momento, Casado explicó a qué se debía su hartazgo con esta tendencia en contra de la medicación. “Ufff, yo estoy viendo más: si te la pones estás renunciando a un momento único y a la experiencia maternal. Tanto en directo como en redes. Hay muchas mamás que cuando voy a ponérsela se sienten hasta culpables. Por eso me cabrea tanto. Porque lo que les roba su momento es eso”, explicó en un tuit.

Finalmente, la mujer zanjó la disputa con un duro tuit:

Elena Casado | Twitter

Lo cierto es que, de acuerdo a cifras de la OMS, todos los años ocurren cerca de 140 millones de partos alrededor del mundo.

Todos ellos son importantes, únicos, y dependerá única y exclusivamente de cada madre cómo vivirlos.

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