Un enfoque holístico para abordar la educación sostenible es fundamental en la educación parvularia, dado que es la etapa en donde es posible mediar hábitos y valores que orientarán las decisiones de niños y niñas en el futuro (Riquelme et al., 2022). Asimismo, la educación sostenible según Unesco (2015), involucra dimensiones socioculturales, ambientales y económicas además de fortalecer conciencia, conocimiento y la acción en prácticas de bienestar para el medio, tanto ambiental como sociocultural. Por ello es clave, para la formación de ciudadanos responsables con su entorno.
En el Día Mundial Sin Compras o Buy Nothing Day (BND) es significativo reflexionar sobre cómo podemos fomentar la sostenibilidad en jardines infantiles, la comunidad y en el seno familiar, disminuyendo hábitos de consumos y analizar con los párvulos, las diferencias sustanciales entre “deseos” y “necesidades”.
Esta iniciativa surge en Canadá en 1942, promovida por la Fundación Adbusters Media, una organización proambiental, sin fines de lucro, detractora del consumo innecesario. La fecha nos llama a examinar sobre cómo podemos promover la sostenibilidad de cara a potenciar la concientización sobre el bienestar planetario y una vida más saludable y armónica.
La Subsecretaría de Educación Parvularia ha estado trabajando para incorporar la educación sostenible en los programas de formación y desarrollo profesional de educadoras de párvulos a lo largo del país. Algo menos presente se encuentra en contenidos de asignaturas propias de planes y programas de estudios de educadoras en las universidades, cuestión que requiere modificación puesto que es a través del currículo formativo que también se pueden obtener cambios sustanciales (Gual Oliva et al., 2022).
Esto se alinea con el objetivo de fomentar un currículo que accione prácticas potenciadoras de hábitos sostenibles en niños y niñas y, que según estudios, ello generaría cambios considerables en el área con el entorno sociocomunitario (Kalsoom & Qureshib, 2021).
Existen otras motivaciones para atender el Día Sin Compras, ya que poseemos características de país consumidor y las prácticas de compras existentes no parecen desaparecer, sino sólo mostrar cambios en nuestro comportamiento como consumidores.
Por ejemplo, el informe de patrones de consumo sustentable en Chile 2025 (SERNAC) indica que en las prácticas de consumo, sólo un 29,7% manifiesta hacer compras de productos sustentables, en tanto estas compras se vinculan con alimentos naturales y/o orgánicos o de aseo personal, siendo la población femenina mayor a 45 años la que las efectúa.
Otro ejemplo es el endeudamiento, (el cual mide deudas, ingresos y la relación entre el stock total de la deuda y el ingreso) que muestra a Chile en niveles más altos que países vecinos (CMF, 2025). Esto, además, parece importante porque para la educación sostenible cuestiones que se centren sólo en los porcentajes de la carga financiera de los ciudadanos, no es suficiente.
¿Cómo educar en el no consumismo a los párvulos?
Existen estrategias que son posibles de motivar en centros educativos de infancia y comunitarios, como también su ejercicio en las casas para hacer de estas prácticas un buen hábito.
Como ejemplos de hábitos mejorables tenemos: (1) la relación con la moda, pues se calcula que al 2030 este consumo (que oculta gran costo humano y ambiental por las emisiones del transporte aéreo y marítimo) habrá aumentado un 63%; (2) el uso de dispositivos electrónicos y el cambio constante de ellos, que terminan en general en vertederos; (3) nuestra alimentación que está provocando emergencia ecológica por fertilizantes, monocultivos o la destrucción de hábitats (Omond,2021).
Entonces, podemos señalar algunos caminos:
-Potenciar y acompañar el trabajo en jardines infantiles y centros educativos en reciclar, reducir, reutilizar.
-Educar en ser carbononeutrales, suscitando la neutralización por medio del hábito de plantar un árbol por año como mínimo.
-Invitar a niños y niñas a analizar el presupuesto de casa y a jardines infantiles a priorizar necesidades.
-Instalar acuerdos en casa y jardines infantiles sobre los días de la semana sin compras, evitando incluso movilizarse en transporte.
-Hacer comunidad, incorporar el trueque en el barrio, diseñar huertas de barrio.
-Mediar con los párvulos para evitar la exposición a la publicidad, bloquear dispositivos en los adultos para estos fines.
-Hacer listas con los párvulos antes de ir al supermercado o ferias, (ir sin apetito) evitando compras impulsivas.
-Retrasar las compras.
-Enseñar a niños y niñas a ahorrar en alcancías.
¡Todas estas pequeñas estrategias pueden hacer la diferencia!
Dra. Angélica Riquelme-Arredondo
Académica Asoc. Escuela de Ed. Inicial-UCSH