Con el aumento de enfermedades graves, es cada vez más necesario promover cuidados paliativos para las personas que las padecen, los cuales a través de un enfoque terapéutico integral prometen mejorar la calidad de vida de quienes afrontan un sufrimiento grave vinculado a su salud. Estos incluyen prevención y alivio mediante la identificación temprana, evaluación, tratamiento del dolor, así como de otros problemas físicos, psicosociales y espirituales.

Cuando se habla de cuidados paliativos se suele relacionar con aquellas personas que padecen cáncer o que se encuentran en etapa terminal de una enfermedad. Sin embargo, según datos estadísticos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que 56,8 millones de personas en el mundo necesitan cuidados paliativos cada año, y de esas personas 28,2% tienen neoplasias malignas o cáncer. El 71,8% restante está representado por individuos que tienen VIH/SIDA, enfermedades cerebrovasculares y pulmonares, demencia u otras patologías en etapa avanzada. Cabe destacar que un 88% de las personas que necesitan cuidados paliativos no tienen acceso a ellos.

En nuestro país la atención paliativa para personas con cáncer está incorporada al Programa de Alivio del Dolor por Cáncer y Cuidados Paliativos. Recientemente, en octubre de 2021 se promulgó la Ley 21.375 que consagra sus beneficios y derechos, permitiendo dar un impulso hacia la ampliación progresiva de este tipo de atención para enfermedades no oncológicas.

Finalmente, se debe mencionar que estos cuidados incluyen la atención y asesoría tanto al enfermo como a sus familiares o cuidadores, siendo entregada por un equipo interdisciplinar. Las intervenciones pueden otorgarse en casa, hospitales y centros de salud, reduciendo así las hospitalizaciones innecesarias.

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