Trabajador chileno en EEUU: "Perdí 15 millones de mis ahorros por culpa de Trump"

10 abril 2025 | 11:21

Conozco a Javier Godoy desde hace años. Como programador de gran talento, forjó su camino desde su Antofagasta natal hasta llegar a Santiago, para luego dar el salto a Estados Unidos, donde ha trabajado para empresas tan reconocidas como Amazon y CNN.

A fuerza de empeño logró lo que incluso muchos estadounidenses no pueden: comprar un hogar en Queens, Nueva York. Sí, Javier parecía estar viviendo aquello que llaman el “Sueño Americano” hasta la llegada del huracán.

El huracán Trump.

Desde la elección de Donald Trump como presidente de EEUU, la situación de Javier ha sido un poco más… incierta. Actualmente buscando un nuevo empleo que le permita pagar su hipoteca y solventar sus gastos en una de las ciudades más caras del mundo, le quedan poco más de 4 meses para encontrarlo agotará sus ahorros, obligándolo a irse del país.

La nueva administración añadió peso a su ansiedad con leyes migratorias aún más estrictas. Considerando que incluso hay residentes legales que han sido deportados por publicaciones en redes sociales o “por error”, tanto él como la comunidad chilena no saben bien a qué atenerse.

“La tensión se percibe en el aire pero no se habla al respecto o al menos no abiertamente. La norma ha sido meter la cabeza bajo la tierra y esperar que pase rápido, o el típico ‘esto no me va a pasar a mí’. Los ánimos están caldeados, por lo que es mejor no hablar para ahorrarse el mal rato”, cuenta.

Y entonces llegó el desastre económico. Luego de que Trump iniciara una guerra mundial de aranceles el 2 de abril, los mercados colapsaron. Contrario a lo que nos han enseñado las películas respecto de un mundo de acciones bursátiles exclusivo de hombres adinerados y de traje que se trasladan en limusina, en EEUU es muy común que los trabajadores reciban paquetes accionarios como parte de sus remuneraciones. Una jugada hábil: si contribuyes a que a tu empresa le vaya bien, tu dinero aumentará. Si no, ya sabes.

“Como parte de lo que te pagan anualmente, existe el sueldo base que es en efectivo y de ahí en adelante normalmente existen bonos por desempeño y también acciones. Esas acciones te las entregan con un plazo de hasta 4 años, lo que implica que te van llegando gradualmente. Por ejemplo, 25% un año, 25% al siguiente y así”, nos relata Javier.

Eso, sin mencionar que en EEUU ya son comunes las pequeñas compras y ventas de acciones mediante aplicaciones como Robinhood. Una tendencia que comienza a llegar a Chile y que permite a cualquier persona convertirse en “accionista”.

Por eso cuando comenzó el desplome de Wall Street, Javier se pegó frente a una pantalla de noticias. Su semblante se ensombrecía hora tras hora, mientras los gráficos del valor de las empresas donde tenía invertidos sus ahorros caían a niveles récord.

“He perdido 15 millones de pesos de mis ahorros exclusivamente por culpa de Trump”, sentencia.

Javier me explica que el pánico por las nuevas condiciones económicas desató una venta masiva de acciones, lo que provoca a su vez una caída en el precio. “Esa desconfianza en el mercado, el miedo y la incertidumbre hacen que el mercado en su conjunto caiga, arrastrando a quienes están en él. De las acciones que obtuve como parte de mi trabajo, en la última semana ya llevo acumulados 30 mil dólares en pérdidas”.

Curiosamente, mientras conversábamos, Trump dio un giro a su política y decidió una sorpresiva pausa de 90 días a los aranceles. ¿Todo estaba friamente calculado -como dijo su portavoz- o las presiones internas lo obligaron? No lo sabemos, pero tras confirmarse la medida el mundo volvió a respirar y los mercados saltaron como resortes. Javier recuperó parte de su dinero, pero no todo.

¿Crees que el daño se pueda revertir?, le pregunto.

“Quiero creer. Todo depende de la lucidez mental que exista en la Casa Blanca y de la forma en que Europa y Asia reaccionen. Trump está usando la economía mental como si fuera una caja de Legos con plasticina y eso es muy peligroso. La confianza en EEUU como un país serio (o incluso un aliado) está disminuyendo conforme pasan las horas, lo que puede demorar la recuperación por un rato largo. El peor caso es que sea irreversible y nos convirtamos en un paria”, confidencia.

¿Y sabes de otras personas en la misma situación?

“Muchos colegas comenzaron a vender en cuanto Trump tomó el poder. Se pensaba que el mismo 20 de enero tomaría las acciones contra China, por lo que desde ahí ya muchos comenzamos gradualmente a vender. ¿Otros chilenos? No tengo información. La comunidad chilena en Nueva York (la visible, que participa en grupos o cosas así) normalmente trabaja para el día a día en empleos informales. Una gran mayoría de ellos están indocumentados, por lo que no creo que esto les afecte a ellos más allá de que los despidan porque el negocio anda mal”, dice.

Vemos algunos videos en redes sociales donde, tras el anuncio de Trump, no sólo celebra la bolsa con alivio, sino que sus partidarios lo ensalzan como un genio como desatar el nudo ciego que él mismo hizo.

“En el bar donde voy regularmente -me cuenta Javier- durante el día son puros viejos pro-Trump y son cabeza de piedra. Ellos aún creen que los otros países son los que pagan los aranceles y no hay como hacerlos entender. Entonces es como… sí, a veces te dan ganas de hablar del tema, pero uno realmente no sabe con quién está hablando así que nah. Ya me he llevado varios malos ratos con gente que usa esos sombreritos de aluminio contra las conspiraciones”, comenta.

Así son los altibajos de chilenos y otros inmigrantes en el Estados Unidos de Trump. Al menos por ahora, Javier sabe que puede respirar un tiempo más.

Claro, hasta la llegada del próximo huracán.