CONTEXTO | Agencia UNO

¿Es la seguridad un tema de derecha?

29 agosto 2025 | 10:28

Chile enfrenta una crisis de seguridad que es grave y es real. Construir una patria donde todos podamos vivir en tranquilidad requiere abordar esta crisis con profesionalismo, seriedad y con apego a la evidencia.

Se ha dicho en reiteradas ocasiones que “discursivamente” las próximas elecciones chilenas se han “corrido” a la derecha, pues uno de los temas prioritarios sería la seguridad, un área que le pertenecería propiamente a este sector político.

Hay que distinguir. Una cosa es que el tema le sea cómodo a la derecha, y otra, muy distinta, es que la derecha sea capaz de entregar soluciones a los enormes desafíos en esta materia. Lo bueno es que no necesitamos especular, porque tenemos evidencia, pues ya han sido gobierno y ha quedado claro: la seguridad no es un tema de derecha.

Respecto a la comodidad que el tema le genera a la derecha, no cabe duda: es un traje a la medida. Pero por las razones equivocadas. Doctrinariamente la derecha neoliberal, que ha sido hegemónica en el país, ha perseguido desde siempre un principio claro: Estado mínimo orientado a la seguridad. Es decir, Estado débil en lo económico y en la provisión de derechos (lo que se ha traducido en grandes colusiones empresariales, la bajísima recaudación fiscal y la privatización de derechos sociales), Estado fuerte en lo securitario. Es parte del dogma.

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Pero, además, a una derecha como la nuestra, que a 50 años del golpe de Estado aún no es capaz de decirle dictadura a la dictadura, que le parece que las muertes y el golpe fueron “inevitables”, que es, por tanto, una derecha profundamente autoritaria, no cabe duda que la seguridad es un tema que les queda cómodo, porque libera sus pulsiones autoritarias, su adicción a esos tiempos pretéritos cuando no era el Estado de derecho lo que predominaba.

En su versión moderna esto toma otra forma: ¡armar a los ciudadanos! ¡zanjas en la frontera! ¡expulsar a todos los migrantes! ¡cárceles en el desierto! O en su defecto ¡Cárceles-barco flotando en el océano!

Sin embargo, no debiese tratarse de a quién le queda cómodo, sino de cómo se enfrentan los problemas de seguridad con eficacia. Evelyn Matthei ha propuesto instalar en el norte una reja de 15 kilómetros en una frontera con Bolivia que tiene 861 km. Es absurdo, no soluciona nada. Lo mismo ocurre con la zanja o con la idea carente de fundamento de “cerrar toda la frontera”, propuesta que nunca han explicado en detalle porque sencillamente no es posible de ejecutar.

Las cárceles en medio del desierto son otro ejemplo. Más allá de que hay cárceles en el desierto (aledañas a centros urbanos) que ya están en construcción, nunca han especificado en su propuesta cómo soportarían logísticamente a una cárcel de este tipo, en medio del desierto (¿alimentos? ¿agua? ¿electricidad? ¿traslado del personal?). Es claro, no tiene respuesta porque no soporta el más mínimo rigor de análisis. Es pirotecnia.

Hay que decirlo claro: la derecha no tiene propuestas serias en seguridad. No saben cómo enfrentar este tema. Pero narrativamente el tema es, para la derecha, perfecto: articula una necesidad ciudadana real, con sus propias pulsiones autoritarias y con un discurso autoritario que, por lo mismo, suena creíble, aun cuando no tenga absolutamente ni un apego en la evidencia o, incluso, sea contrario a ella (como el populismo penal a rajatabla o las medidas como armar a la población para fomentar la autodefensa).

Pero esto, cuando se quiere gobernar un país no sirve para nada. Y no solo se trata de una cuestión discursiva, pues han tenido la posibilidad de gobernar y cuando lo han hecho, en seguridad, no solo lo han hecho mal, sino que han sido los peores de todos.

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Algunos ejemplos: Chile venía con una tendencia al alza en los homicidios desde el año 2016, tendencia que se mantuvo durante todo el gobierno de Piñera y recién se logró quebrar en este gobierno, con medidas como el Plan Calles sin Violencia que, en comunas como La Florida, Puente Alto o La Pintana, ha mostrado buenos resultados en el control de los delitos, cuestión reconocida incluso por los alcaldes de derecha.

Respecto de la migración irregular, nunca en Chile estuvo tan descontrolada como en el gobierno de Piñera (cuando su vocera Cecilia Pérez decía que Chile seguiría recibiendo migración venezolana hasta que el país lo resista). El peak se alcanzó el año 2021, cuando los ingresos irregulares llegaron a más de 57 mil y el actual encargado de este tema en la campaña de Matthei, Álvaro Bellolio, era el director del Servicio de Migraciones. El año 2024 con las políticas de control fronterizo de este gobierno, eso se redujo a la mitad. En materia legislativa el gobierno de Piñera sacó adelante 27 leyes en asociadas a seguridad, mientras que el actual gobierno ha logrado 73 leyes despachadas.

Los discursos altisonantes de la derecha que agitan el miedo, que buscan construir la imagen de un país que se cae a pedazos, y que movilizan pasiones muy bajas como el racismo, la xenofobia o el odio entre vecinos, pueden ser muy eficaces para las campañas, pero son una farsa y hay que verlos como tal. Y lo son, principalmente, porque no solucionan ningún problema y, de hecho, tienden a exacerbarlos, incrementando la violencia y la conflictividad social. Le hacen daño a la sociedad.

Chile enfrenta una crisis de seguridad que es grave y es real. Construir una patria donde todos podamos vivir en tranquilidad requiere abordar esta crisis con profesionalismo, seriedad y con apego a la evidencia. La seguridad no es un tema de derechas, es un tema que tenemos que abordar políticamente en serio, y, de hecho, hasta ahora nadie lo ha hecho peor que la derecha. Por el contrario, ha sido la izquierda y el progresismo quienes han logrado obtener los mejores resultados. Hay que tenerlo claro cuando votemos en noviembre.