Paradojalmente los libros de las editoriales universitarias, que difunden la producción científica, no reciben aporte fiscal directo. Tampoco son reconocidos y calificados por ANID de la misma forma que los libros de editoriales privadas de Santiago. No hay razón para ello, pues los estándares de calidad son prácticamente los mismos.

De acuerdo al Informe Estadístico de la Agencia ISBN, de la Cámara Chilena del Libro, el año 2023 la publicación de libros registró la mayor tasa de crecimiento de 74% en los últimos 8 años.

Es muy esperanzador el 18,02% de incremento en la cantidad de libros publicados el 2023 y aún más sorprendente es que de los libros publicados el 2023 el 9,72%, equivalente 904 títulos, proviene de las editoriales universitarias regionales, un 18,79% más respecto del año 2022.

Estas cifras ratifican que el aporte de las editoriales universitarias regionales aumenta cada año, a pesar de la situación crítica por la que atravesó la edición de libros durante y después de la pandemia, cuando los precios del papel aumentaron significativamente. En muchas ocasiones, publicar libros digitales fue la única opción.

Sin embargo, y a pesar de las dificultades relativas a los costos de edición, el incremento sostenido en el número de publicaciones refleja el compromiso de las editoriales universitarias regionales con el mandato que se les ha encomendado: difundir las artes y las ciencias de creadores y científicos de regiones.

La red EDIUR

Es por ello que, rectores y rectoras que participan de la Agrupación de Universidades Regionales han patrocinado la creación de la EDIUR, una red que integra a todas las editoriales de las universidades regionales pertenecientes al CRUCH.

Gracias a ello, se han levantado iniciativas para difundir “el libro universitario de regiones”. Dos ejemplos en ese sentido son la creación del portal www.ediur.cl y el apoyo financiero para asistir colectivamente a Ferias del Libro en Santiago, Concepción y Valdivia.

Pero las iniciativas en red también incluyen compartir buenas prácticas en relación a coediciones, reglamentación y gobernanza, evaluación de pares para libros científicos, experiencias exitosas de fomento del libro y la lectura, o capacitaciones para los editores y editoras de EDIUR. En el futuro cercano, esperamos establecer una red de distribución de nuestros libros, en las universidades regionales, de norte a sur.

Sobre esto último ya existen intercambios entre editoriales para vender sus libros más allá de sus territorios de origen.

La necesidad del apoyo estatal

El mes del libro es una ocasión propicia para insistir en la necesidad de apoyo estatal para estas editoriales que no tienen fines de lucro. Éstas publican esos libros que no son rentables para editoriales privadas, a menos que los autores o autoras paguen por publicar sus libros en editoriales de Santiago, o logren publicar a través de pequeñas editoriales independientes. Siempre y cuando ganen un proyecto del Fondo del Libro y la Lectura.

Pero no siempre es visible el importante rol que tiene para el ecosistema del libro en regiones una editorial universitaria, que incluye a librerías, profesionales del diseño, la fotografía y la ilustración, imprentas y distribuidoras, y bibliotecas.

En la universidad no sólo están involucrados los equipos de las editoriales, también funcionarios y académicos que cautelan la correcta administración de los acotados recursos con los que se cuenta, velando por la calidad de sus publicaciones a través de comités editoriales y, por supuesto, el aporte creativo de escritores y escritoras regionales.

Ardiente paciencia

Paradojalmente los libros de las editoriales universitarias, que difunden la producción científica, no reciben aporte fiscal directo. Tampoco son reconocidos y calificados por ANID de la misma forma que los libros de editoriales privadas de Santiago. No hay razón para ello, pues los estándares de calidad son prácticamente los mismos.

En el marco del Día Internacional del Libro, esperamos avanzar en ese sentido y por ello, seguiremos participando en la Mesa de Trabajo con el Ministerio de Ciencia, junto a las editoriales universitarias metropolitanas.

Esperamos alcanzar acuerdos en los próximos meses, mientras tanto, persistiremos con “ardiente paciencia” para que se publiquen más y mejores libros desde las regiones.

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