Un suboficial de Ejército en retiro fue sometido a proceso, como autor del homicidio calificado de un hombre, cuya identidad no ha sido establecida y que fue ejecutado de un balazo en la nuca, a orillas del lago Villarrica, en la región de La Araucanía. El cuerpo de la víctima fue lanzado al fondo del mismo cuerpo de agua a principios de 1974.

El sometimiento a proceso del suboficial del Ejército en retiro, Benjamín Rodemil Farías Lavín, fue asumido por el ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos, con jurisdicción entre Temuco y Coyhaique, Álvaro Mesa, en la causa derivada de la muerte de un hombre, conocido por testigos de los hechos como “el telefonista” o “el nortino”, que estuvo varios meses detenido en la guardia del exregimiento Tucapel de Temuco en enero y febrero de 1974.

En la resolución, el ministro instructor dio orden de ingreso del procesado al regimiento de Policía Militar N° 1, ubicado en la comuna de Peñalolén de la región Metropolitana, negándole el beneficio de la libertad bajo fianza, por considerar que su libertad constituye un peligro para la seguridad de la sociedad.

En la etapa de investigación de la causa, el ministro Mesa Latorre logró establecer que los integrantes de una compañía contraguerrillas del Ejército fue enviada a instrucción militar a la ciudad de Villarrica en los primeros meses del año 1974.

A ellos les fue entregado el detenido ya citado, siendo ejecutado de un balazo en la nuca por el ahora procesado, Farías Lavín, quien previamente había sido sorteado entre otros soldados para cumplir con la misión, de lo cual él se jactó diciendo que sería el numero 24 en su lista de ejecuciones.

El cuerpo de la víctima fue subido a un bote y amarrado mediante una cuerda a una piedra para ser lanzado al fondo del lago Villarrica, no sin antes efectuarle diversas heridas con un corvo.