Ayer se dio a conocer un crimen en la comuna de Canela, donde un padre junto a su hijo fueron acribillados en la Quebrada de Linares, un lugar solitario y alejado del centro urbano.
El primero de ellos, identificado como Gabriel del Carmen Bugueño Bugueño (45), murió producto de dos impactos de bala, en el tórax y pierna; mientras que el joven de 21 años recibió un disparo en su estómago, que lo mantiene internado de gravedad en el hospital de Ovalle.
De acuerdo a información de Diario El Día, la víctima se trasladaba junto a su pareja y sus dos hijos por la zona rural de la comuna, cuando fueron atacados por un grupo de sujetos desconocidos.
Tras la emboscada, se movilizaron por sus propios medios hasta el CESFAM de la localidad, donde se constató el fallecimiento de Gabriel Bugueño, además de derivar a su hijo al hospital de la capital del Limarí y atender las heridas de un tercer lesionado que presentaba golpes en su cabeza.
Si bien la causa se mantiene en reserva, siendo investigada por la Brigada de Homicidios de la PDI, el crimen habría ocurrido en el contexto de una transacción de drogas. Sin embargo, por el momento no se ha descartado ninguna hipótesis.
Investigación por crimen en Canela
Al respecto, el jefe de la Brigada de Homicidios, subprefecto José Cáceres, se limitó a señalar que por instrucción del fiscal de turno, personal de la BH junto al Laboratorio de Criminalística Regional, se trasladaron hasta la Quebrada de Linares en la comuna de Canela, “por un homicidio con arma de fuego de una persona de 45 años de edad, que fue herida a bala junto a su hijo (…)”.
Los policías trabajaron durante todo el día de ayer en el lugar y también habrían tomado declaración a quien resultó solo con lesiones leves.
En esta línea, la policía intenta dilucidar los motivos por los cuales estas cuatro personas habrían llegado a ese recóndito lugar en horas de la noche, donde fueron atacados.
Cabe mencionar que ayer, el fiscal regional, Patricio Cooper, se refirió a la presencia del crimen organizado en el país.
Recalcando que este tipo de bandas organizadas no reconocen fronteras, por lo que “la experiencia que se ve en Antofagasta, también se ve en Coquimbo o en Arica”.
Desde ese punto de vista, añadió que “la única forma de combatir esto es tener intercambio de información entre las distintas regiones y entre las distintas instituciones”.
