Una crónica del diario El País de España asegura que Chile vive momentos convulsos y que hay una división importante en la sociedad, que se ha visto reflejada en una fragmentación del Congreso, desde donde al menos 16 parlamentarios han mostrado su interés en una candidatura presidencial.

“La clase política tira de medidas populares, mientras el Gobierno conservador de Sebastián Piñera agita los brazos para no ahogarse. Sin control del Parlamento, el Ejecutivo no ha logrado salir de la crisis que estalló en octubre de 2019, cuando las revueltas sociales —sin líderes claros— le pusieron contra las cuerdas”, señala la crónica de El País.

El trabajo resalta que aunque hay sectores de oposición que han buscado la destitución de Piñera, de momento no aparecen liderazgos relevantes en la izquierda, centro o derecha, y que el debate ha estado marcado por “parlamentarios excéntricos” que polarizan la discusión y buscan el “aplauso fácil”.

En la misma línea, se destaca la ausencia de liderazgos en la discusión pública, especialmente tras el estallido social de octubre de 2019 y en plena discusión para cambiar la Constitución, enfatizando que en tres semanas se elegirán los constituyentes.

Un panorama al que hay que agregar la pandemia, donde un débil Gobierno ni siquiera ha podido destacar por el exitoso proceso de vacunación, con más de un 30% de la población inoculada con dos dosis de alguna vacuna contra el covid-19.

Sobre esta situación, El País entrevistó a diferentes intelectuales, para que entregarán su visión y explicaran, cómo Chile llegó a un alto grado de polarización y sin líderes políticos.

Visión de expertos

Uno de los consultados es Rodrigo Márquez, investigador y uno de los fundadores del Informe sobre Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que ya en 1998 alertaban sobre un descontento en la sociedad chilena.

Márquez indica que desde esa fecha se mantuvo un reclamo de una sociedad que no generaba condiciones de seguridad básica. “Daba las opciones para progresar y tener una vida mejor que la de los padres y abuelos, pero a un costo que no estaba a la altura del sacrificio”, explica.

El sociólogo plantea que no cambió el descontento, sino lo forma de responde a esto, y que “se pasó de un malestar difuso a un malestar activo por las injusticias y desigualdades”.

Igualmente descarta que Chile sea una sociedad polarizada, sino que más está pidiendo transformaciones, a una élite que aún no sabe cómo responder ante esta situación.

“El clivaje está dado entre las sociedad que reclama transformaciones y todos los poderosos que, se advierte, gobiernan para su conveniencia y no quieren entender”
, comenta.

Por su parte, la vocera de la coordinadora feminista 8-M, Karina Nohales, indica que durante la transición se intentó “construir la imagen de un país amistado con sus contradicciones“.

Pero que desde el estallido social, es se rompió y di paso a un contexto donde “todo se tensa y se da paso a un lenguaje químicamente puro de un antagonismo social que existía desde antes. Y ellos comienzan a decir cómo realmente nos ven”.

En este último caso, ejemplifica con las palabras del presidente de la Sociedad Nacional de Agricultores, Ricardo Ariztía, la semana pasada, cuando afirmó que las personas no iban a trabajar “porque reciben bonos del Gobierno”.

Violencia

Otro punto que recalca el artículo, son los episodios de violencia que se han registrado en el último año y medio, resurgiendo la semana pasada, cuando Piñera anunció que acudiría al TC para bloquear el tercer retiro (medida que finalmente fracasó).

“El clima que se vive en Chile amenaza con empañar un año en que el país sudamericano renovará a buena parte de las autoridades
. El tren electoral arranca el fin de semana del 15 y 16 de mayo con la elección de los constituyentes, alcaldes, concejales y gobernadores regionales”, cierra el artículo.