Cinco gendarmes fueron declarados culpables de tráfico de armas, las que según la Fiscalía eran inscritas a nombre de los funcionarios para luego ser vendidas a delincuentes.

En marzo de 2016, un hombre fue detenido por personal de la Policía de Investigaciones luego que al interior de su vehículo se encontrara droga, elementos para traficar, dinero en efectivo y un arma.

Respecto de este último objeto, se estableció que estaba a nombre de Erik Passing, un funcionario de Gendarmería quien nunca había denunciado el extravío de su arma de fuego.

El gendarme explicó que uno de sus colegas, de nombre Peter Calixto, le pagó para comprar la pistola e inscribirla, para luego pasársela y entregarla a un coleccionista. La situación se repitió con él y con otros tres funcionarios: José Miguel Salgado, José Luis Cares y Alan Acuña.

Otra de estas armas fue encontrada en otro delito: un homicidio frustrado. Del resto, hasta ahora nada se sabe.

Luego de enfrentar un juicio en el Cuarto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, los cinco funcionarios de Gendarmería fueron declarados culpables del delito de tráfico de armas.

La fiscal Carolina Suazo destacó el veredicto, y lamentó que los responsables sean funcionarios de Gendarmería.

“Se logró y permitió establecer la existencia del delito de tráfico de armas, en este caso cometido, lamentablemente, por funcionarios públicos, gendarmes, que tienen beneficios para adquirir las armas de fuego”, afirmó Suazo.

El fiscal Francisco Ledezma explicó que además acusaron por otros delitos a más personas involucradas en este ilícito, entre ellos al imputado que dio origen a esta causa, quien fue condenado por tráfico de drogas y porte ilegal de arma de fuego.

La audiencia de lectura de sentencia quedó fijada para el 29 de octubre a las 13:00 horas, en el Cuarto Tribunal Oral en Lo Penal de Santiago. Los imputados arriesgan penas que van desde los 7 hasta los 15 años y un día de cárcel.