110 organizaciones y agrupaciones sociales chilenas, junto al apoyo de otras de carácter internacional, dieron a conocer una declaración pública en la que muestran sus lineamientos respecto a los incendios forestales que han afectado a la zona centro sur del país.

En ella, piden terminar con el modelo forestal, con el “saqueo de las arcas del país”, con las catástrofes de los mega siniestros, con la “depredación” de los territorios, con el empobrecimiento y con el “asesinato” de la vida rural.

“Creemos que la catástrofe que enfrenta el país a causa de la devastación por incendios en el centro sur de Chile, tiene como principal responsabilidad al modelo industrial forestal de monocultivos de árboles”, acusan en el documento.

Esto, a través “de especies como pinos y eucaliptus, con tres millones de hectáreas de plantaciones, generando (…) crisis hídrica, resequedad, empobrecimiento de territorios, desplazamiento de población rural, pérdida de soberanía alimentaria, perdida de bosques nativos, de flora y fauna, de ecosistemas, de humedales y la proliferación de numerosos focos de incendios a causa de sus composiciones”.

Y es que la vinculación de los monocultivos está en la palestra, puesto que son varios los especialistas que aseguran que este sistema de plantación acelera el paso de los incendios por los bosques.

Científicos han demostrado que “los efectos de las plantaciones de eucaliptos sobre las reservas de humedad del suelo comienzan a aparecer a la edad de 4 a 6 años, después de la cual el déficit de agua durante el año es similar al observado para un bosque maduro” (FAO, 1987).

El geógrafo de la Universidad de Concepción, Bastián Garrido, explicó que “las plantaciones de monocultivo de las forestales van secando el suelo, debido a la cantidad de agua que requieren para su crecimiento, lo que causa una disminución de la humedad en el suelo, por esto no existen los sotobosques en estas plantaciones (…). Esto va permitiendo que cuando el fuego se encuentre con estos monocultivos, al no haber presencia de humedad, la combustión es más rápida, lo que permite que el fuego avance más rápido”.

Por otro lado, la Agrupación de Ingenieros Forestales aclara que no se puede culpar a ningún tipo de cultivos por los incendios, sino que la responsabilidad es de “la falta de planificación”.

Además, las 110 agrupaciones informaron que solicitaron, formalmente, al Consejo de Defensa del Estado para que determine las presuntas responsabilidades legales de los empresarios. “Ante la inoperancia e ineficiencia del Ministerio Público, (…) exigimos al Consejo de Defensa del Estado, que asuma acciones legales que vayan dirigidas a determinar las responsabilidades empresariales”, escriben.

Además, piden que se retire el proyecto de ley que prorroga el DL 701 sobre bosques ingresado el 2015, que entrega una bonificación a los empresarios para fomentar la plantación de árboles.

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Del mismo modo, piden que se levanten iniciativas tendientes a restaurar territorios dañados, reforestando con diversidad de nativos e incentivando economías locales.

En el plano internacional, denunciaron al sello certificador ambiental Forest Stewardship Council (FSC), el que, según afirman, se ha sindicado como un instrumento para el lavado de imagen de las empresas forestales en el exterior, omitiéndose graves daños sociales y ambientales.

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