Las autoridades australianas informaron que retirarán cámaras de fabricación china de varias sedes e instalaciones del Ministerio de Defensa ante la posibilidad de que sean utilizadas para actividades de espionaje por parte del gigante asiático, con el que Canberra mantiene una relación tensa.

Australia eliminará las cámaras de seguridad de fabricación china de sus edificios gubernamentales, anunció el jueves el ministro de Defensa, Richard Marles, una decisión criticada desde China.

Al menos 913 cámaras de fabricación china han sido instaladas en más de 250 edificios gubernamentales de Australia, incluidos los departamentos de Defensa, Relaciones Exteriores o Finanzas, según cifras oficiales compiladas por un político opositor.

Siguiendo decisiones parecidas de Estados Unidos y Reino Unido, Marles anunció la retirada de estas cámaras de los edificios gubernamentales y de instalaciones militares.

“Nos han llamado la atención sobre un asunto importante y vamos a resolverlo”, declaró el ministro a la televisión nacional ABC.

“Es importante que hagamos este ejercicio y garanticemos que nuestras instalaciones sean completamente seguras”, agregó.

Incluso el Memorial de la Guerra, un complejo de 14 hectáreas en Canberra, removerá sus pocas cámaras de seguridad chinas “por precaución”.

China acusa discriminación

La portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning, acusó a Australia de “discriminar y suprimir las empresas chinas” y pidió “un entorno justo y no discriminatorio” para estas.

“El gobierno chino siempre ha animado a las empresas chinas a invertir y cooperar en el extranjero de acuerdo con los principios del mercado y el derecho internacional, en base al respeto del derecho local”, agregó Mao.

Medidas similares fueron tomadas en Estados Unidos y Reino Unido, que prohibieron la instalación de cámaras de fabricación chinas en sitios sensibles.

Reino Unido lo hizo en noviembre pasado por temor de que empresas chinas se vieran obligadas a compartir información con los servicios de seguridad de Pekín.

Las cámaras en Australia fueron fabricadas por las empresas Hikvision y Dahua, ambas vedadas en Estados Unidos.

Washington prohibió en noviembre la importación de equipo de vigilancia de dichas compañías por presentar “un riesgo inaceptable de seguridad nacional”.

En el Reino Unido, un grupo de 67 legisladores y lores pidieron al gobierno vetar a ambas empresas en julio pasado tras informaciones de que sus equipos fueron utilizados para espiar a los uigures en Xinjiang.

En junio de 2021, una cámara de Hikvision captó al exsecretario de Salud Matt Hancock cuando besó a una asesora en violación de las reglas del covid-19 y lo obligó a renunciar.

Hikvision previamente aseguró que era “categóricamente falso” que la empresa fuera “una amenaza a la seguridad nacional”.

El gobierno centroizquierdista de Australia ha buscado enmendar su relación con China desde que llegó al poder el año pasado.

China impuso en 2020 duras tarifas sobre exportaciones claves de Australia, en medio de una áspera disputa con el anterior gobierno conservador.