Alexander Stubb juró este viernes como presidente de Finlandia ante el Parlamento con un discurso en el que abordó la entrada de su país en la OTAN.
En su primera alocución como presidente en ejercicio, Stubb se refirió a los desafíos en materia de seguridad “ante un mundo sumido en el caos”.
Tal como detalla Europa Press, el político finlandés, quien se desempeñó como Primer ministro entre 2014 y 2015, pidió no caer en la “desesperación” ya que “el miedo es la peor guía posible para la política exterior”.
De acuerdo a Agencia EFE, Stubb indicó que Finlandia se enfrenta a una nueva era en el plano internacional a raíz de su entrada a la OTAN.
Se trata de una adhesión que no fue bien vista por Rusia, país con el que comparte más de mil 300 kilómetros de frontera.
“La era posterior a la Guerra Fría ha terminado. Terminó con la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania”, puntualizó.
“Las cosas que se suponía que debían unirnos -libre circulación, comercio, tecnología, energía, información y moneda- ahora nos están separando”, afirmó.
En ese sentido, el decimotercer mandatario de la nación nórdica mencionó que con el ingreso de Finlandia en la OTAN, su país ha dado “el último paso” hacia la comunidad occidental de valores a la que ha pertenecido espiritualmente desde su independencia en 1917.
“Esta política parte de una fuerte relación de alianza con la Unión Europea y la OTAN. Y al mismo tiempo, de la creencia en que reformar y fortalecer las Naciones Unidas sigue siendo la base del sistema internacional y de la paz”, remarcó.
Para Stubb, “todo el mundo entiende que sin cooperación global no podremos frenar el cambio climático, resolver conflictos, hacer crecer la economía, mejorar el bienestar o gestionar la inmigración”.
“Finlandia siempre ha trabajado en equipo”, señaló, en tanto, su antecesor, Sauli Niinistö, quien lo acompañó durante la ceremonia.
El presidente saliente señaló que los principales desafíos del nuevo gobierno finlandés son la guerra, el cambio climático y los temas relacionados a la seguridad.
Stubb venció en segunda vuelta el 11 de febrero al ecologista Pekka Haavisto con el 51% de las preferencias frente al 48% de su contendor.
Pese a que fue una diferencia muy inferior a lo que pronosticaban los sondeos previos, fue suficiente para suceder en la presidencia a Niinistö.
