En la cumbre de este jueves, la Unión Europea adopta una nueva dirección en su política de defensa. Y planea una fuerza de intervención propia, pero sin competir con la OTAN. Desde Bruselas, informa Bernd Riegert.

Por primera vez, los 27 Estados miembros de la Unión Europea han redactado en un documento sus intereses acerca de la seguridad con un concepto común y en base a una “brújula estratégica”.

Se han definido qué medidas quieren tomar en los próximos tres años para lograr que Europa sea más fuerte y autónoma.

“Europa debe aprender a hablar el idioma del poder”, dijo, con tono algo marcial, el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell.

El concepto de “brújula estratégica” se puede entender literalmente, ya que el documento de 40 páginas brinda un panorama de 360 grados a lo largo y a lo ancho del globo.

Sobre todo Rusia, con su guerra de agresión en curso contra Ucrania, con los conflictos en Georgia y Moldavia, así como con su control de facto de Bielorrusia, es identificada como la principal amenaza para Europa.

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En la escala de amenazas le siguen China, la inestable situación en los Balcanes occidentales. El terrorismo islamista en la región africana del Sahel, los conflictos regionales en Medio Oriente y también el Ártico, el Indo-Pacífico y América Latina.

A eso se suman peligros provenientes del ciberespacio y del espacio exterior.

Una “brújula estratégica”

Tres años atrás, cuando la idea de una brújula estratégica fue impulsada por diplomáticos franceses y alemanes de la UE, todavía Estados Unidos era gobernado por el presidente aislacionista Donald Trump, y el presidente francés, Emmanuel Macron, diagnosticó a la OTAN de “muerte cerebral”.

Ahora la situación en Europa ha cambiado radicalmente. Macron dice que “Rusia nos ha dado un llamado de atención. Siempre he dicho que necesitamos una declaración estratégica, y ahora la tendremos”.

Además, el mandatario francés también señaló que la OTAN recibió un “electroshock” luego de que Rusia atacara a Ucrania.

Todos los políticos de la UE se han dado cuenta, una vez más, de que Europa solo puede defenderse con la OTAN, es decir, con los aliados estadounidenses.

Por lo tanto, la UE, con su brújula estratégica, no compite en manera alguna con la alianza, dice a DW Michael Gahler, eurodiputado y experto en política exterior de la fracción democristiana.

“La defensa colectiva seguirá teniendo que llevarse a cabo con la OTAN en un futuro previsible”, opina. Tampoco el jefe de la política exterior europea, Josep Borrell, tiene nada que objetar sobre la OTAN, a la que pertenecen 23 de los 27 países del bloque.

La alianza “sigue siendo el corazón de nuestra defensa territorial”, promete, tratando de calmar los ánimos de críticos estadounidenses sobre los supuestos intentos europeos de emancipación.

Fuerza de intervención bajo liderazgo alemán

En su documento estratégico, la UE se pone como objetivo establecer una fuerza de intervención conjunta de 5.000 soldados para 2025. Esto, sí como coordinar mejor los proyectos de armamento y los presupuestos militares de los Estados miembros, que serán incrementados.

Los proyectos conjuntos también deberían ser subvencionados con el presupuesto de la UE.

“Primer se analiza cuál es la amenaza; luego hacemos un inventario de lo que tenemos, y, a partir de eso, llegamos a la conclusión de qué es lo que necesitamos”, señala Michael Gahler.

Si los proyectos ya existentes de la Agencia Europea de Armamento (EVA) se implementan adecuadamente en conjunto, entonces podría haber dinero de la UE.

Alemania prometió proporcionar el núcleo de la fuerza de intervención al principio durante 12 meses.

Las tropas de varios países de la UE deberán “rotar”, es decir, no estar estacionadas como unidad en un solo lugar.

“Para ser sincero, me parece que Alemania se quedó corta. Un año no es lo que se necesita”, critica Gahler.

Según él, es necesario contar con una formación permanente de 5.000 soldados que entrenen juntos, que estén estacionados de forma permanente, y que puedan movilizarse en conjunto.

Bosnia y Herzegovina y Mali como ejemplos

Dos ejemplos de misiones independientes de la UE podrían ser Bosnia y Herzegovina y Mali.

Si el líder prorruso serbobosnio Milorad Dodik, primer ministro de la República Srpska. Uno de los tres copresidentes de Bosnia y Herzegovina, decidiera abandonar el Estado con su separatismo, la UE podría intervenir.

Pero tal vez no podría hacerlo la OTAN, ya que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, tiene otras ideas para el futuro del Estado de Bosnia y Herzegovina.

“En el instante en que Erdogan diga ‘no’, se cierra el acceso a recursos de la OTAN. De todos modos, tenemos que poder actuar cuando lo consideremos necesario”, señala Michael Gahler.

En cuanto a Mali, cabe recordar la retirada abrupta de tropas y la evacuación de ciudadanos de Afganistán, en el verano boreal de 2021, que demostró que algo así no es posible sin EEUU.

“Se prevé que suceda algo parecido cuando nos retiremos de Mali”, dice Gahler. Por eso es importante que Alemania cuente con recursos propios, añade.

La UE intenta desde hace dos décadas establecer una fuerza de intervención conjunta y unificar sus intereses estratégicos.

Por eso, esta vez eso debería marchar mejor, dice Josep Borrell. Si no todos los 27 países miembros quisieran participar, también un grupo más pequeño de países dispuestos podría llevar a cabo una misión militar en nombre de la UE.

Así lo prevén los tratados, según la brújula estratégica. “La UE debe proteger mejor a sus ciudadanos y a sus valores. Para lograrlo, tenemos que actuar de manera más rápida y más decididamente en la gestión de crisis”, afirma Borrell.

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Los jefes de Estado y de Gobierno del bloque comunitario deben aprobar ahora este nuevo curso. El impacto de la guerra que Rusia trajo a Europa ayudará, ciertamente, dicen los diplomáticos de la UE.

A medio plazo, los europeos también tendrán que responder a la pregunta de cómo piensan acerca del armamento nuclear y la disuasión de Rusia, opina Stefanie Bapst, asesora de seguridad de Londres que ocupó altos cargos como diplomática de la OTAN durante dos décadas.

“El hecho de que nuestros aliados estadounidenses continúen garantizando la seguridad de Europa y sus ciudadanos no tiene lugar en la brújula estratégica”, escribió Stefanie Bapst en una declaración para una audiencia en el Parlamento alemán sobre el nuevo concepto de la UE.