Policías fuera de servicio mataron este domingo a una mujer que entró en la megaiglesia de Lakewood, en Houston, armada con un fusil y abrió fuego.

Dos personas, entre ellas un menor de edad, resultaron heridas el domingo después de que una mujer comenzó a disparar contra el megatemplo cristiano Lakewood en Houston, Texas, uno de los más concurridos de los Estados Unidos, informó la Policía.

Según explicó Troy Finner, jefe de la policía de Houston, una mujer de entre 30 y 35 años llegó hasta la puerta de este templo con capacidad para 16.800 personas cerca de las dos de la tarde. Traía “armamento largo”, dijo en conferencia de prensa.

Llevaba a un menor de entre 4 y 5 años, cuyo parentesco no fue informado. La mujer empezó a disparar y fue abatida por dos policías fuera de servicio que prestaban seguridad en el templo. En el intercambio de disparos, “lamentablemente, el menor fue herido y está en situación crítica (…) Un hombre de unos 57 años, que no tenía nada que ver con el incidente, fue impactado en una pierna”, explicó el jefe policial.

La tiradora llevaba una mochila, y antes de morir hizo referencia a la posible existencia de una bomba. Pero, tras una revisión general, no se halló nada.

“Cuando entré vi gente corriendo que decía: están disparando, y se oían balazos. Tratamos de abrir algunas puertas en el pasillo pero estaban trancadas. Algunos salieron a buscar sus autos, pero otros como yo no sabíamos dónde ir. Un voluntario que trabaja en la iglesia nos refugió en un cuarto y nos pidió que nos metiéramos en los baños”, dijo una mujer a la cadena de TV KHOU.

“No le abran a nadie hasta que nosotros vengamos, nos dijeron. Movieron algunos muebles para trancar las puertas. En el tercer y cuatro piso había niños, los padres estaban preocupados por los niños, pusimos las cosas en manos de Dios”, explicó la mujer.

Lakewood

El megatemplo Lakewood fue fundado por el telepredicador John Osteen en 1959. Actualmente la dirige su hijo, el también predicador y escritor Joel Osteen, transmitiendo sus servicios a millones de personas.

El tiroteo comenzó justo antes del inicio de un servicio en español. “No puedo imaginar si esto hubiera sucedido durante el servicio de las 11 de la mañana, damos gracias a Dios por eso”, dijo Joel Osteen, de 60 años, quien se ha mantenido fuera del debate político.

“No entendemos por qué suceden estas cosas, pero sabemos que Dios tiene el control”, dijo en conferencia de prensa. Agregó que oraría tanto por las víctimas como por la agresora.

Los tiroteos masivos son comunes en Estados Unidos, donde hay más armas que personas y alrededor de un tercio de los adultos posee un arma de fuego.

Las encuestas muestran que la mayoría de los estadounidenses están a favor de regulaciones más estrictas sobre armas, pero el poderoso lobby de las armas ha impedido a los legisladores tomar medidas.