Desde los 12 años, se la ve cantando y actuando. Se consagró en Latinoamérica, España e Israel en teleseries juveniles como “Rincón de luz”, “Floricienta” y “Casi ángeles”, así como en los conciertos de la banda pop Teen Angels. Lanzó su carrera solista con ya cinco álbumes y múltiples giras, que la trajeron a escenarios de Chile como el del Festival de Viña del Mar. Fue la primera mujer argentina en llenar el estadio de Vélez, interpretó el himno en la final del Mundial de Qatar 2022 y protagonizó películas y series para Netflix y Amazon.
Sin embargo, a la cantante y actriz argentina Lali Espósito (33) le bastó con publicar en X cuatro palabras, “Qué peligroso, qué triste”, en referencia a la victoria de Javier Milei en las elecciones de 2023, para que el hoy presidente la acusara de “vivir de la plata del Estado” y ser un “parásito”, como si a la agenda del país vecino le faltaran prioridades que atender.
A través de recortes en el área de cultura y en la industria del cine, Milei le declaró la guerra a los artistas, especialmente a aquellos que expresan alguna que otra crítica al rumbo de la gestión. Desde la lógica de los libertarios, tal como exponen en declaraciones públicas y en redes sociales, el panorama audiovisual está “cooptado por los zurdos” y “vividores del Estado”, en referencia a festivales de música y fondos para el cine.
Cecilia Roth, la nueva “enemiga” declarada por Milei
Tiene 68 años y trabaja desde los 16 en cine, televisión y teatro. Es de las pocas actrices argentinas en cruzar el Atlántico y cosechar prestigio y fama.
Su exilio en la dictadura militar le dio otra chance en España, donde llegó luego a ser la musa del director español Pedro Almodóvar en “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón” (1980), “Laberinto de pasiones” (1982) y “Todo sobre mi madre” (1999), que le valió el premio Goya. La aclamaron por filmes como “Martín (Hache)” (1997), “El ángel” (2018) y la teleserie “Trátame bien” (2009). Hasta fue la inspiración de su exesposo Fito Páez para crear la obra cumbre del rock, “El amor después del amor”.
Sin embargo, a la actriz Cecilia Roth le bastó con hablar de “censura” y “maltrato salvaje a todo aquel que tenga una idea que no coincida con el pensamiento prehistórico de Milei” para que el Presidente expresara su fastidio y la convirtiera en su nueva enemiga.
A través de X, Milei citó la semana pasada un dato del secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, y quiso bajarle el precio a la chica Almodóvar. Ironizó sobre el protagónico de la actriz en la obra teatral “La madre”, que se presenta por estos días en el teatro Picadero, en Buenos Aires, con capacidad para 230 personas.
“‘La gran actriz’ Cecilia Roth sólo vende 600 entradas por semana. Por lo tanto, hay que explicarle que no tiene demanda porque no la quieren, no por censura. Obviamente para CR es más fácil llorar censura antes que aceptar su fracaso. CIAO!”, tuiteó el jefe de Estado, señal para que sus simpatizantes avanzaran con la cancelación.
Puntualmente, Roth había denunciado en diálogo con la agencia EFE: “Yo creo que el gobierno está censurando pero ni hablar, estoy segura. Lo sé, lo veo, lo siento, lo conozco. No se puede hablar sobre la dictadura cívico-militar, no se puede hablar de género en cine, no se puede hablar de cambio climático y no puede haber ninguna película en la que aparezca Lali Espósito. En ningún lugar público se pueden pasar películas que tengan estas cuatro cuestiones. Censuran, literalmente”.
Después del ataque de Milei y su tropa libertaria, como el influencer de derecha Agustín Laje, la actriz aclaró que la sala en la que se presenta con cuatro funciones semanales tiene 230 localidades, con lo cual vender 600 entradas por semana, tal como se burló Milei, “es muchísimo”. Y que, de hecho, la venta de entradas creció tras el cruce viral.
“Estamos con sold out. Estamos llenos todos los días gracias a la publicidad que nos hizo Milei, así que gracias”, afirmó Roth en radio Con Vos.
Similar le sucedió a Lali. Lejos de sufrir un apagón en su convocatoria, la joven artista ya agotó dos conciertos previstos para el estadio de Vélez el 30 de abril y 1° de mayo de 2025, y se alista a estrenar su sexto álbum de estudio.

El primer sencillo lanzado, “Fanático”, fue tendencia por su video donde la cantante se burla de los ataques del Presidente y de las fake news para dañar su imagen. Uno de los momentos destacados tiene a un hombre con campera de cuero y patillas que habla nervioso, a los gritos. No hace falta decir quién es. “Lo tengo encima parece mi sombra”, canta ella en el estribillo.
Desde su posteo de las elecciones, el Presidente le dedicó a Lali varios tramos de entrevistas, acusándola de cobrar millones de pesos por un recital en la provincia de La Rioja, práctica habitual para los cantantes de Argentina que se presentan en festivales de verano.
Alguna vez, el libertario se defendió diciendo “ella empezó” cuando una periodista le preguntó si no había cruzado un límite al apodarla “Lali Depósito”, más teniendo en cuenta el asimétrico poder del Estado contra una ciudadana.
“Si sos un parásito que vivió chupando de la teta del Estado estás en problemas. Y si tus opiniones políticas están en línea con el espacio político que te pagó las presentaciones, sos un mecanismo de propaganda política”, declaró el mandatario argentino.
Además de Espósito y Roth, actores como Adrián Suar (“Un novio para mi mujer”) y Ricardo Darín (“El secreto de sus ojos”) o el cantante urbano Dillom quedaron en el blanco de los libertarios por sus posturas públicas en contra de Milei. Otras figuras trasandinas como Fito Páez, Charly García, León Gieco, Mercedes Morán, Leonardo Sbaraglia y Palito Ortega firmaron cartas en contra del ajuste en las industrias culturales.
Hasta la longeva Mirtha Legrand, diva indiscutida de la televisión y de diálogo amable con el oficialismo, cuestionó los modos del “león” libertario: “El argentino piensa que el que no piensa como él es un sinvergüenza, un canalla… lo detesta. Es un rival, simplemente. Un rival no es un enemigo. Es un contendiente, pero no es enemigo”.
Milei, un calco de Cristina Kirchner contra sus opositores
Durante la época kirchnerista, la Televisión Pública -100% de aportes estatales, a diferencia de TVN-, canales, diarios y radios afines, en su mayoría beneficiados por la pauta publicitaria del Estado, ocuparon gran tiempo en atacar a figuras como el periodista Jorge Lanata, investigador de denuncias de corrupción que llegaron a la Justicia, y otros no tan ligados a la política. Programas como “678” o “Duro de domar” fueron los espacios para escrachar a los opositores, donde el discurso K era único.
Para recordar ejemplos, en 2009, el tenista Juan Martín del Potro rechazó la invitación de Cristina Kirchner a la Casa Rosada para sacarse una foto tras su triunfo en el US Open. A las dos semanas, le cayeron inspectores del ya extinto fisco llamado AFIP.
En 2013, el actor Ricardo Darín (“El secreto de sus ojos”) puso en duda el crecimiento del patrimonio presidencial y la expresidenta le contestó por Facebook a modo de chicana: “Descarto, Ricardo, que usted confía en la Justicia. Usted mismo fue acusado y detenido por un juez en marzo de 1991, por el delito de contrabando”. Aún, claro, no había condena contra Cristinalali por administración fraudulenta en perjuicio del Estado con la obra pública ni sus otras causas.