Hacía unas horas que el joven de nacionalidad argentina, Yonathan Caro, había llegado a su casa aquel 4 de diciembre de 2021. Alguien llamó a la puerta a las seis de la madrugada, mientras el joven y su novia dormían. Cuando fue a atender recibió un disparo en el pecho. Un policía lo atacó, sin mediar palabra, creyendo que estaba implicado en el abuso que había sufrido su hija adolescente.

Cuando un policía de Argentina llegó a su casa en Tucumán, su hija le dijo que habían ingresado a robar y habían abusado de ella.

El hombre se subió a su auto con la menor y salió con la intención de encontrar al sospechoso.

Para la fiscalía “llevó a cabo una cacería humana” que terminó en una casa en la que estaba Yonathan Caro y su novia.

Cuando el joven de 26 años salió a abrir la puerta de madrugada, el acusado lo baleó sin mediar palabra y le dio un tiro en el pecho, con su arma reglamentaria, que terminó con su vida. Pero Yonathan era inocente.

El policía fue condenado a 17 años de prisión por el crimen de Yonathan y por lesionar a una mujer que terminó con una herida de bala en la oreja.

Es que aquel 4 de diciembre de 2021 cuando regresó a su casa y su hija le contó lo que había sufrido, el hombre fue a buscar a un conocido para que le aporte información de quién podría ser el atacante.

Fue así como comenzó una recorrida por distintas propiedades que concluyó con Yonathan muerto y Adriana Aragón, herida.

Juicio contra policía argentino

Con el fallo condenatorio, los jueces Isolina Apas Pérez, Fernando Zottoli y Lucas Taboada no dieron lugar al pedido de 25 años de prisión que había hecho la fiscalía.

Esto, así como tampoco la solicitud de perpetua que había requerido la querella en representación de la hermana de la víctima.

Tampoco se avaló el planteo de que los hechos acontecieron en un contexto de emoción violenta, como esbozó la defensa.

“No existen dudas de que la intención del imputado fue acabar con la vida del joven Caro. Llevó a cabo una cacería humana”, dijo.

“Las víctimas eran inocentes que nada tenían que ver con el hecho que intentó vengar (el abuso a su hija)”, agregan.

“La figura de emoción violenta no puede proceder en este caso, tuvo plena capacidad de planificación. Como policía, debió apegarse a la norma”, sostuvo en los alegatos de cierre el fiscal.

Fallo de la corte

Los magistrados, por mayoría, concluyeron que el policía salió a matar, pero en su fallo tuvieron en cuenta atenuantes para llegar al monto de pena que impusieron.

Se basaron en que su accionar estuvo vinculado a lo que su hija le había contado y que había enviudado hacía poco tiempo.

Mientras que para la querella hubo alevosía y que el victimario era policía, pero dos de los jueces entendieron que no actuó como tal en este hecho.

“Estoy destruida, me volvieron a matar a mi hermano en mis ojos. Los jueces de Tucumán tenían todas las pruebas en las manos y miraron a otro lado”, se lamenta Vanessa en diálogo con Perfil.

Además adelantó que van a apelar y que tienen un respaldo en su planteo: el voto en disidencia de Apas Pérez.

El caso

Todo ocurrió el 4 de diciembre de 2021.

Cuando el policía llegó a su casa a las 4.50 de la madrugada en la localidad de Carbón Pozo, su hija de 13 años le narró lo que había sufrido.

Allí subió a la menor a su auto y juntos fueron a encontrarse con Rodrigo Cáceres, quien por la descripción que hizo la chica dijo que podría ser un tal “Nahuel” el responsable.

El agente fue hasta una dirección, pero no encontró lo que buscaba.

Luego se reencontró con Cáceres que le aportó otro domicilio del presunto sospechoso. Ahí los tres se dirigieron a la casa de Adriana Aragón en El Cevillar, donde supuestamente vivía la persona que buscaban, pero no estaba.

Después de revisar la propiedad y exigirle a la mujer que entregue a “Nahuel”, el policía disparó con su 9 milímetros y la bala le rozó la oreja.

Eran las seis de la madrugada, el policía golpeó la puerta de esa vivienda que también funcionaba como despensa y Yonathan respondió al llamado.

Cuando la víctima se acercó al ventanal para atenderlo, recibió un disparo en el pecho que terminó con su vida.

El policía se retiró del lugar y volvió a su casa con su hija. Dos días después se entregó y confesó lo que había hecho.

El hombre está preso en el penal de Villa Urquiza desde el 6 de diciembre que confesó el crimen y dijo que “se había equivocado”.