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La denuncia de una joven de 17 años en contra de más de 10 hombres ha vuelto a poner en el tapete la discusión sobre la violencia en contra de la mujer en Marruecos, un país que cuenta con algunas leyes favorables a los victimarios y donde hasta unos años las acusaciones se perdían en la justicia.

El caso de Khadija Okkarou ha reavivado el debate, luego que denunciara a la justicia a 12 hombres de haberla violado y torturado durante al menos dos meses. La obligaron a prostituirse, le hicieron una serie de marcas en el cuerpo con cigarrillos y le tatuaron diferentes esvásticas en sus brazos.

El hecho se registró en la ciudad de Fquih Ben Salah, perteneciente a la región central de Beni Melal en Marruecos y hasta el momento 12 personas han sido detenidas. Se espera que el juicio sea a inicios de septiembre.

“Su condición es estable, tratamos de apoyarla, asegurarle que se le hará justicia y decirle que no tiene nada que ver con eso (…) Nos conmueve el ímpetu de solidaridad con ella”, explicó el padre de la víctima a la Agence France-Presse

La víctima publicó un video la semana pasada, donde denunciaba los abusos que sufrió, contó cómo cobraban que otros jóvenes la violaran, y mostró las marcas que dejaron en su cuerpo las torturas en su contra, consignó diario El País de España.

“Un chico me violó primero. Luego, los demás, uno a uno. Mi vida está destrozada, no puedo ni salir a la calle, me sentí totalmente ultrajada”, explica la joven en el video ampliamente difundido en redes sociales.

Tras la publicación del video, organizaciones de derechos humanos y sociales se movilizaron para pedir justicia para Okkarou y exigiendo una mayor concientización respecto a la agresión en contra de mujeres, pidiendo al rey Mohamed VI que entregue ayuda médica y psicológica a la menor.

“Khadija podría ser yo, Khadija podrías ser tu”, denuncian algunas mujeres en Twitter con el hastag ‘Todos somos Khadija"”, señala un gráfico que se ha difundido en redes sociales, pidiendo más justicia para los casos de violencia de género.

El caso ha tenido repercusión en España, debido a la cercanía con Marruecos, donde varias mujeres compartieron el hashtag “Todas somos Khadija”, mientras que en Francia se viralizó con el mensaje #JusticePourKhadija.

En 2017, la justicia marroquí tuvo más de 1600 casos de violencia contra la mujer, el doble de los registrado en 2016. Una cifra que sorprende en un país donde hasta 2015 un hombre acusado de violación podía evitar la prisión si se casaba con la víctima.