Simple, colorido y muy, muy adictivo. Candy Crush Saga lleva varios años entre las descargas favoritas en las tiendas móviles, lo que, sumado a un modelo económico sumamente rentable, ha generado varios miles de millones de dólares en ganancias para su estudio: King.
Más de US$20 mil millones desde 2012, es la cifra que deja al desarrollador estadounidense. Todo comenzó como un simple juego en Facebook, para luego saltar a los celulares de hasta 270 millones de personas que mes a mes abren Candy Crush.
¿La receta del éxito? Lo señalado en un inicio, una aplicación simple y “enganchante”, que lleve a las personas a comprar esas vidas que faltan, avanzar niveles u obtener bonificaciones.
Candy Crush: adicción digital que deja millones
Candy Crush se estructura de la siguiente manera: distintos dulces caen hacia una cuadrícula, y es tarea del jugador ir agrupándolos según forma y color, para así ir ganando puntos, que caigan nuevos caramelos y así hasta el final del nivel.
Simple, eficaz y gratis… en teoría. Aunque cada tirada no tiene precio, las vidas pueden ir acabándose, pueden nacer las ganas por avanzar niveles más rápido o tener bonificaciones, por las que hay que pagar.
Según Radio Francia Internacional (RFI), este es el modelo “freemiun” (combinación de las palabras free -gratis- y premium) que caracteriza al juego -aunque es extensible a muchísimos más-.
Solo entre el 3% y 5% de los jugadores de Candy Crush gastan regularmente en la app. Sin embargo, esto retorna en los más de US$20 mil millones ganados a lo largo de su historia, US$1.400 millones solo en 2024.
En la dopamina está la clave
King, la desarrolladora de Candy Crush Saga, resalta por un estilo fácil en sus juegos. Farm Heroes Saga es idéntico a Candy Crush, pero vestido con temática de granja; lo mismo Bubble Witch Saga,
Así también Blossom Blast y Diamond Diaries, siendo Pyramid Solitaire la creación más diferente que, como su nombre dice, es una especie de solitario.
Pero detrás de su inocencia, la estrategia de estas aplicaciones es mantener al jugador “pegado a la pantalla”, haciendo que con cada grupo de dulces, cada combo con luces y brillos y cada nivel superado, libera dosis de dopamina, resalta RFI.
La dopamina es un neurotransmisor -molécula que transmite señales nerviosas- que el cerebro utiliza como “recompensa” al realizar una acción. Al escuchar una canción que nos gusta, ver una película o hacer un mega combo en Candy Crush, el cerebro libera dopamina.
Esto a su vez produce adicción y eleva las posibilidades de que alguien siga jugando y, en especial, pague por algún bonus o vida.
Y para asegurarse de tener”enganchado” a los jugadores, la compañía se encarga de ir añadiendo nuevos niveles cada semana, y hasta ahora Candy Crush posee más de 14 mil. Como curiosidad, King despidió a más de 200 personas de sus oficinas en Londres, Barcelona y Estocolmo, encargadas de diseñar niveles, pero también de la experiencia del usuario (UX) y redacción de narrativas.
¿Por qué la decisión? Porque se les encontró usando herramientas de inteligencia artificial (IA), agilizando los procesos creativos y generando etapas mucho más rápido que cualquier humano, pasando a reemplazar a los propios trabajadores.
Con todo, parece que queda Candy Crush para mucho tiempo más. En la Play Store de Android, está como segunda app en la lista de juegos casuales de mayor recaudación, siendo el primero Coin Master. Farm Heroes está en el puesto seis y Candy Crush Soda en el siete.