Después de quince meses la tasa de interés referencial subió de un 0,5 a un 0,75%.

El consejo del Banco Central tomó en cuenta el dinamismo de la economía y el aumento de la inflación. Más eventuales ajustes serán evaluados de acuerdo a la evolución de la economía.

El mercado incluso espera llegar a 1,5% hacia diciembre de este año.

Pero en términos prácticos ¿qué impacto tendrá el aumento de la tasa de interés referencial en los bolsillos?

Para las personas tiene al menos dos impactos, uno directo y otro indirecto.

El impacto directo es en las tasas de los créditos.

El Banco Central al aumentar la tasa de política monetaria “eleva la tasa en la que le presta dinero a los bancos y por lo mismo las tasas de los créditos empiezan a aumentar”, explicó José Raúl Godoy, jefe de análisis de la empresa de inversiones XTB Latam.

Es decir, habrá un alza de las tasas de los créditos de consumo, hipotecarios, entre otros.

“Comprar una vivienda con crédito hipotecario es más caro hoy que ayer”, sostuvo el experto.

Por otra parte, lo que busca el Banco Central con esta decisión es controlar la inflación.

Al encarecer los créditos el consumo disminuye, lo que repercute en una disminución de la demanda interna y con ello “los precios empiezan a disminuir”, indicó Godoy.

Aunque el efecto no es instantáneo, finalizó, es probable que “sigamos viendo alzas en la tasa de política monetaria que buscan llevar la inflación a su objetivo del 3%”.

La Tasa de Política Monetaria permanecía -hasta ayer- en su mínimo técnico desde el 31 de marzo del 2020, en el punto más álgido de la pandemia sobre los mercados, que obligó a llevar la política monetaria a su nivel más expansivo.

Uno de los mayores argumentos fue el sorpresivo desempeño de la actividad económica, que con el Imacec de mayo (18,1%) volvió a sus niveles prepandemia.

Por otra parte, la inflación total subió hasta 3,8% anual en la medición de junio. Con eso, se estima que la economía se encamina a cumplir las proyecciones del IPoM, de la mano de un alto impulso fiscal y un fuerte dinamismo del consumo. Esto genera las condiciones para una reducción del impulso monetario.