El loco chileno figura como finalista en un concurso internacional para elegir el molusco del año, siendo candidato a la decodificación de su información genética. Los resultados se sabrán este jueves 23 de marzo.

Este jueves 23 de marzo se dará a conocer al ganador del Molusco Internacional del Año 2023, concurso orquestado por la Senckenberg Society for Nature Research, el LOEWE Center for Translational Biodiversity Genomics (TBG) y la International Society for Mollusc Research (Unitas Malacologica), y el loco chileno (Concholepas concholepa) figura entre los cinco finalistas.

El 19 de marzo cerró la votación, que tuvo el objetivo de crear conciencia sobre la diversidad de moluscos y la necesidad de protegerlos junto con sus ecosistemas. La especie con más votos tendrá su información genética decodificada, según los organizadores.

Según detalló la agencia Ciencia en Chile, este año el nudibranquio de cuernos gruesos (Hermissenda crassicornis), el caracol burbuja ondulado (Micromelo undatus), la ostra gigante de aguas profundas (Neopycnodonte zibrowii), la babosa leopardo terrestre (Limax maximus) y el abulón chileno (Concholepas concholepas), que se comercializa en todo el mundo como un manjar.

De acuerdo con el sitio web del concurso, el loco chileno es clave en los entornos que habita, siendo un depredador natural importante para mantener el control de las demás especies, además de cumplir un relevante rol cultural, social, económico, evolutivo y ecológico tanto en Chile como en Perú. Sin embargo, peligra debido a la sobreexplotación pesquera.

Si ganase el concurso, su genoma permitirá entender cómo los invertebrados marinos lidian a nivel molecular con los estragos de la pesca y cómo toleran ambientes contaminados, además de servir para comprender cómo las diferentes poblaciones de loco están conectadas y cómo se han adaptado a lo largo de su hábitat.

El loco chileno, un molusco prometedor

“El Loco, por ser comestible, ha sido sobreexplotado en Chile corriendo un serio peligro de extinción; sin embargo, gracias a la política de protección que incluye una veda extractiva en las áreas de manejo que disponen los pescadores, basada en antecedentes científicos biológicos de diversa índole que incluyen, su distribución, reproducción y crecimiento, seguiremos disponiendo de Locos, no solo para comer, sino porque es la fuente de una proteína magnífica en muchos ámbitos, la hemocianina, que circula por su sangre (hemolinfa) transportando Oxígeno y que es una de las proteínas más grandes conocidas”, explica la investigadora María Inés Becker, presidenta de la Fundación Ciencia y Tecnología para el Desarrollo.

Incluso, serviría para tratamientos contra el cáncer.

Según indicó, investigaciones de su institución y de estudiantes enfocados en esta especie han sugerido que la inyección de esta proteína en mamíferos como los humanos “tiene efectos inmunomoduladores no específicos positivos, es decir, la respuesta inmune contra ella mejora la respuesta inmune contra otros antígenos, ya sea presente en patógenos o en células tumorales”.

“Por esta razón, la hemocianina del Loco se usa en Biotecnología y en Biomedicina como proteína transportadora para producir anticuerpos contra sustancias muy pequeñas y también, se está evaluando como adyuvante en una vacuna para la inmunoterapia del melanoma por el equipo de investigadores que dirigen los Drs. Flavio Salazar y Mercedes López de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile”, añade la investigadora.

Adicionalmente, las células inmunes del loco chileno también tendrían “péptidos antimicrobianos” que interactúan con la membrana de las bacterias, “produciendo poros que provocan su lisis, o bien ingresan al interior de la bacteria e inhiben su metabolismo, destruyéndola. Estos péptidos, una vez aislados y secuenciados, por su pequeño tamaño se pueden sintetizar químicamente con el fin de ser usados en diversas aplicaciones farmacéuticas y biotecnológicas”.

“Así, el Loco nos entrega los secretos de sus péptidos antimicrobianos pero, una vez develados, los podemos usar sin destruir el recurso” recalca Becker, matizando que otros beneficios médicos de los locos aún requieren extracción directa al no poder ser replicadas en laboratorios todavía.