El papa Francisco y el patriarca ortodoxo de Constantinopla, Bartolomé, se reúnen este sábado en la isla griega de Lesbos para pedir a Europa que abra las puertas a los refugiados y migrantes que huyen de las guerras en Medio Oriente y Africa.

Los dos líderes religiosos firmarán una declaración conjunta desde la isla, emblema de ese drama humanitario, y recordarán la tradición de hospitalidad de los cristianos a lo largo de la historia.

Tanto el papa como el patriarca estiman que Europa debe recibir a todos en este momento y piden que no se haga una distinción entre los migrantes económicos que huyen de la miseria y los que abandonan su país escapando de la guerra.

La visita del papa a Lesbos durará en total unas cinco horas y estará marcada por gestos fuertes de solidaridad y apoyo.

Tras aterrizar en Lesbos, Francisco se reunirá con Bartolomé, primado de los ortodoxos, y con el arzobispo ortodoxo de Atenas y Grecia, Ieronimos.

Los tres líderes religiosos se desplazarán en un minibús hasta el centro de acogida de Moria, un campamento en medio de colinas con olivos, donde unos 3.000 inmigrantes viven hacinados en condiciones indecentes a la espera de ser expulsados.

El pasado 20 de marzo, la Unión Europea (UE) y Turquía firmaron un controvertido acuerdo que contempla la devolución forzada de aquellos que no tengan derecho a solicitar asilo a Grecia.

Entrevistado por la AFP, Farydoon, un afgano de 23 años, contó su desesperación, la de sus compañeros y la de algunos que han intentado varias veces el suicidio.

“Ojalá que el papa entienda lo que nos ocurre“, comentó.

Según la organizaciones católicas, más de 150.000 refugiados y migrantes desembarcaron este año en Grecia y más de la mitad llegaron a Lesbos, entre ellos 22.000 menores de edad no acompañados.

El papa dedicará particular atención a los niños que llegan sin los padres y les saludará al llegar al campo, según el programa divulgado por el Vaticano.

Después de unos breves discursos, los tres religiosos almorzarán con un grupo de migrantes acompañados por traductores para escuchar directamente el testimonio de su situación.

El papa, el patriarca y el arzobispo de Atenas se desplazarán luego al puerto de Mitilene para una reunión con los habitantes de Lesbos y la pequeña comunidad católica de las islas de los alrededores.

Una visita humanitaria, no política

El breve encuentro terminará con una oración por las víctimas de la migración durante la cual serán arrojadas al mar tres coronas de flores en memoria de los que han perdido la vida.

Cerca de 400 personas han muerto desde comienzos de este año, según estimaciones de las organizaciones humanitarias.

Al término del acto, el papa regresará a Roma hacia las 15H15 locales (12H15 GMT).

“Será una visita estrictamente humanitaria y ecuménica, no política”, insistió el jueves el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

En Lesbos nada ha cambiado para la visita, exceptuando la mano de pintura fresca a las paredes del campo de Moria.

“Un poco de limpieza para que sea presentable. Todos quieren que sea todo muy sencillo”, contó a la AFP Marios Andreotis, portavoz del Ayuntamiento.

Muchas personas esperan que el papa denuncie el acuerdo UE-Turquía de manera que se frene la devolución masiva de migrantes, una decisión que ha puesto a prueba la unidad de Europa.

El papa argentino, hijo de inmigrantes italianos, es sumamente sensible al tema y desde que fue elegido en marzo del 2013 al trono de Pedro ha manifestado su solidaridad con los inmigrantes de todo el mundo, tanto en el 2013 en la isla italiana de Lampedusa, como este año en Ciudad Juárez, en la frontera entre México y Estados Unidos.