El acuerdo de paz en Colombia puede requerir “más tiempo” que los días que faltan hasta el 23 de marzo, así lo indicó el representante local de la ONU, Fabrizio Hochschild, quien espera que el pacto con la guerrilla FARC se firme “en la primera mitad de este año”.

“Ojalá haya declaraciones que puedan salir el 23 de marzo que muestren que (…) los negociadores siguen a un ritmo intenso produciendo acuerdos”, afirmó Hochschild en una entrevista con la AFP.

“Pero creo que es posible que para llegar al acuerdo final, con todos los detalles resueltos, sobre todos los puntos, incluyendo el punto de implementación, quizás se va a necesitar un poco más de tiempo”, precisó.

El gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), principal y más antigua guerrilla del país, fijaron el 23 de marzo como fecha límite para sellar un acuerdo definitivo de paz, que negocian desde noviembre de 2012 en Cuba, ello con el objetivo de acabar con más de medio siglo de conflicto armado.

“La expectativa de muchos es que se llegue a la firma ojalá en la primera mitad de este año”, dijo el coordinador residente y humanitario de la ONU en Colombia, que el 6 de marzo deja el país luego de tres años para un nuevo cargo en Nueva York, donde preparará la cumbre sobre los refugiados prevista para septiembre.

“Poner fechas precisas es un cuchillo de doble filo”, dijo el funcionario británico-chileno. Por un lado, “ayuda a asegurar que la negociación avanza”, pero por otro, “los puntos pendientes son de una complejidad enorme”.

“Último kilómetro de un maratón”

El gobierno y las FARC, surgidas en 1964 de una sublevación campesina y con unos unos 7.000 combatientes, según cifras oficiales, alcanzaron consensos parciales en cuatro de los seis puntos de la agenda acordada: desarrollo agrario, solución al problema de las drogas ilícitas, participación política de los rebeldes y reparación y justicia para las víctimas.

Aún deben convenir los términos del fin del conflicto, que incluye el cese al fuego bilateral y definitivo, la dejación de las armas y la reincorporación social de los guerrilleros, así como la forma de refrendar los acuerdos. Para legitimar el pacto final, el presidente Santos aboga por un plebiscito, mientras que las FARC quieren una asamblea constituyente.

“Esta última etapa va a ser muy difícil. Es como el último kilómetro de un maratón”, advirtió Hochschild.

Pero, según él, a diferencia de los tres precedentes procesos de paz fallidos con las FARC, “hay confianza en que esta vez sí se va a dar un acuerdo”.

El representante de la ONU saludó la iniciativa de Santos de reunir a diversas corrientes políticas en una coalición por la paz. Es importante “asegurar que esta oportunidad de un cambio histórico (…) no se eche a perder” por la “polarización”, que “va a empeorar” con la campaña para la elección presidencial de 2018, dijo.

“La reconciliación es un trabajo de muchos años y no llega con la firma de un acuerdo (…), significa un cambio de postura de los líderes del país”, aseguró.

Una década para construir paz

Para Hochschild construir la paz supone “implementar acuerdos muy sofisticados” en “lugares remotos donde hay falta de infraestructura (…) de instituciones (…), y donde hay problemas de otros actores armados”, implicados sobre todo en el tráfico de cocaína, de la cual Colombia, primer productor mundial de hoja de coca, exportó 442 toneladas en 2014, según la ONU.

Un exitoso proceso de paz con las FARC “va a ayudar, primero, a reorientar los esfuerzos de la fuerza pública a combatir otros grupos armados (…) y, segundo, a crear oportunidades lícitas” en las regiones, apuntó, precisando que 70% de los cultivos de coca, insumo base de la cocaína, está en zonas de “influencia o control de las FARC”.

“La firma (del acuerdo) es un paso en un camino largo, un marcador muy importante en el camino, pero la construcción de la paz es un trabajo enorme, de diez años”, afirmó.

Sobre la segunda guerrilla activa en Colombia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), que no se ha incorporado al proceso de paz a pesar de los llamados de Santos, dijo que “está a dos pasos” de iniciar una negociación formal, y manifestó su esperanza de que pronto lo haga.

Cabe recordar que en enero de 2014, Santos y el ELN, con unos 1.500 combatientes, según el gobierno, iniciaron diálogos preliminares de paz, estancados tras recientes enfrentamientos.

La conflagración interna en Colombia, que ha involucrado a guerrillas, paramilitares y fuerzas militares, deja ya 7,5 millones de víctimas, entre ellas 260.000 muertos, 45.000 desparecidos y 6,6 millones de desplazados, según el último balance oficial.