Cuando estamos en pareja compartimos todo y nos complementamos para unirnos en una sola persona, o al menos eso dicen. Sin embargo, ¿es tanto así como para parecernos físicamente a nuestra media naranja?

Según el sitio Bustle, la ciencia ha determinado que cuanto más tiempo pasas con tu pareja, más se parecen entre sí, generándose una convergencia de la apariencia. Sin embargo, hay investigadores que aún están indecisos con esta teoría.

Al comienzo decimos que los “polos opuestos se atraen”, entonces ¿por qué acabamos viéndonos y vistiéndonos igual a nuestra pareja? Acá te explicamos 3 razones publicadas por Bustle.

1. Al comienzo buscamos alguien parecido a nosotros

La mayoría de las veces salimos con personas similares a nosotros. Que tengan el mismo nivel de educación, edad, altura, e incluso, la forma de la cara, lo que se llama apareamiento selectivo, utilizado para explicar por qué personas educadas tienden a casarse con otras personas educadas para duplicar sus oportunidades.

Sin embargo, hay una similitud que se determina en función de la genética, y es ahí cuando hablamos directamente del rostro y el físico. La verdad es que los polos opuestos realmente no se atraen. Así lo demostró un estudio realizado en 2014 que demuestra que las personas blancas en particular, eligen a compañeros de vida que tienen un ADN similar.

Inconscientemente queremos transmitir nuestro propio ADN y reflejarlo en las probabilidades de tener un hijo que se parezca a nosotros.

2. Estás compartiendo las mismas experiencias

El estudio de similitud facial del fallecido psicólogo Robert Zajonc de la Universidad de Michigan explica que el hecho de vivir un largo tiempo juntos, y por ende, tener muchas experiencias compartidas, dejan líneas similares en el rostro, lo que provocaría esa similitud entre ambos.

Dos personas que han transcurrido por momentos difíciles probablemente adquieran las mismas líneas de expresión con el tiempo.

3. Mientras más se parecen, más felices son

La teoría de la semejanza facial de Zajonc explica que nosotros imitamos a las personas que están a nuestro alrededor, un fenómeno que se llama mimetismo inconsciente que explica por qué tenemos un tono de voz parecido al de nuestros amigos o por qué imitamos la postura de nuestro novio cuando estamos en algún lugar.

Además, los estudios científicos demuestran que la similitud genética se relaciona directamente con un matrimonio feliz, aunque eso no significa que comiencen a pensar de la misma manera.