Una década desde su inauguración cumple este lunes la Cruz Diocesana del Tercer Milenio, cuya luz se apagó hace ya varios años, sin que ninguna autoridad haya planteado la posibilidad de volver a iluminarla e impedir que se siga deteriorando.

Hoy el monumento ubicado en el acceso norte a Los Ángeles está en el abandono, pero no en el olvido de la comunidad local.

La Cruz erigida tras el trabajo de una comisión público-privada pretendía ser un símbolo de la existencia de la ciudad para los pasajeros en tránsito por la Ruta 5 Sur, en el acceso a Rarinco, según recordó la concejala de la DC, Teresa Stark, quien integró dicha instancia.

La misma concejala respondió a las críticas por el otro monumento abandonado de la ciudad, el Molino de Agua ubicado en el bandejón central de la avenida Alemania de Los Ángeles y que fue inaugurado el 2011 en el marco de la conmemoración de los 150 años de presencia de colonos alemanes, suizos y austríacos en la Provincia de Bío Bío.

Teresa Stark dijo que le da pena ver el deterioro de este recuerdo para la ciudad y que el Gobierno de la época, a través de sus autoridades, se comprometieron a mantener o preservar.

Debido a estos hechos de abandono de dos edificaciones que se realizaron para contribuir a la historia de Los Ángeles, la concejala Stark se comprometió a retomar el tema, formar una nueva comisión o impulsar nuevas iniciativas que no conviertan tanto a la Cruz Diocesana del Nuevo Milenio de Alto Los Mayos como al Molino de Agua de la Avenida Alemania en objetos que pasen a la historia, sino que hagan historia y sean dignos ejemplos de admiración para los angelinos y los visitantes.

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