El Municipio de Coquimbo y el Ministerio de Vivienda Urbanismo coincidieron en que no habrá erradicaciones en el sector costero tras el tsunami y terremoto que afectó el pasado 16 de septiembre a la región.
La primera pregunta que se hicieron muchos después que el tsunami azotara con violencia el sector de Baquedano en Coquimbo, ¿Se volverá a reconstruir donde mismo? Esa es la interrogante que plantea un artículo publicado por nuestro medio asociado Diario El Día.
Lo lógico, para cualquier persona, sería que no, ya que la historia señala que este es el segundo tsunami que ocurre y ha arrasado exactamente el mismo lugar. Sin embargo tanto la ministra de Vivienda y Urbanismo, como el alcalde de Coquimbo, Cristian Galleguillos coinciden en que no se erradicará a nadie de ese sector y que se volverá a reconstruir allí, por donde pasó la ola y dejó un gran desastre.
Pero cuáles son los argumentos que se han dado para insistir en levantar viviendas en uno de los lugares en donde el tsunami provocó más daño.
Durante la primera visita que realizó la ministra de Vivienda, Paulina Saball, se le consultó a ella y al alcalde porteño.
Éste último, al consultarle por qué no habría erradicación, si ya en 1922 hubo un tsunami que amagó ese mismo lugar, señaló que “tú tienes que incorporar los conceptos modernos de urbanismo, donde puedes perfectamente construir edificaciones en altura, tipo palafitos o con los primeros niveles que tengan otra utilización que no sea habitacional y eso es absolutamente compatible con lo que es convivir con el borde costero”.
En la misma línea Galleguillos añadió más adelante que “nosotros somos una ciudad puerto, una ciudad que está íntimamente ligada con el mar, a nadie se le ocurriría construir la caleta de pescadores en Pan de Azúcar. No, tenemos que convivir con nuestro mar. Por eso tenemos que utilizar todos los avances en ingeniería, en arquitectura en los estudios de seguridad, de sostenibilidad para, si es necesario modificar el Plan Regulador, pero que nuestro barrio de Baquedano se proyecte hacia cincuenta, cien años más y pueda resistir un evento como este que en algún momento va a volver a ocurrir, pero tenemos que proyectarnos hacia eso y prepararnos para ello”, precisó el edil.
Pero el alcalde Cristian Galleguillos manifestó que querían plantear desde esta comuna “cómo nosotros hacemos un plan Coquimbo, de reconstrucción de nuestro borde costero, de nuestra costanera, de nuestro sector Baquedano. Una proyección hacia el futuro donde construyamos ciudad en el borde costero, que sea sustentable, que sea segura, que sea compatible con esta convivencia que tiene que tener una ciudad puerto con el mar”.
Mientras que la ministra de Vivienda y Urbanismo, Paulina Saball, concuerda con el edil porteño en el sentido de no trasladar las casas de ese sector, sino que se debe construir utilizando la modernidad y que se debe aprovechar la experiencia del pasado, como la del 27F.
La ministra señaló que “lo importante es que de todos estos procesos de emergencia también recogemos lecciones que alimentan las políticas de más largo plazo. Por ejemplo, aprendemos de mejoras en las normas constructivas, aprendemos de mejores elementos de planificación territorial, aprendemos del diseño y de la materialidad de las viviendas”.
Y agregó que “se debe combinar adecuadamente el poder saber responder con prontitud a la emergencia. Con calidad a la reconstrucción y con perspectiva al desarrollo de políticas públicas que se adecúen a un país donde los riesgos existen, no los podemos negar, no podemos omitirlos y lo que tenemos que hacer es mitigarlos, enfrentarlos”.
Si bien la comunidad ha evaluado positivamente la forma de actuar del municipio frente a la catástrofe y también la del Gobierno, sí ha habido algunos cuestionamientos al hecho de volver a reconstruir en un lugar riesgoso y de comprobada inundabilidad.
En las redes sociales principalmente se ha manifestado la preocupación sobre qué pasará si en un futuro no muy lejano se produce un nuevo tsunami o maremoto. o Si es necesario insistir en mantener poblaciones en un sector donde ya ha sido arrasado en dos oportunidades por el mar.