Cientos de personas permanecieron en el borde costero de la región del Bío Bío, pese a la evacuación preventiva decretada por el Gobierno debido al terremoto ocurrido en el norte del país.

Calles colapsadas y servicentros llenos fueron algunas de las primeras secuelas que dejó el terremoto registrado en el norte, hasta que el Gobierno decretó la evacuación hacia zonas altas. Si bien la medida dispuesta por la autoridad se cumplió, se hizo de manera parcial.

En la caleta El Morro de Talcahuano, muchos de los vecinos permanecieron en sus casas y otros estuvieron durante horas en el muro de contención del canal Ifarle, mismo lugar donde el 2010 fueron testigos del ingreso del mar.

El alcalde Gastón Saavedra reconoció que no todos los vecinos cumplieron con la evacuación y sostuvo que la medida se debe revisar.

Según los datos de Onemi, en la región evacuaron 16.020 personas, de las cuales siete mil eran de Talcahuano. Sin embargo, sólo en esa comuna deberían haber evacuado más de 50 mil personas, por lo que se evidencia que no hubo completo cumplimiento de la medida.

El jefe de la Octava Zona de Carabineros, general Hermes Soto, también confirmó que no en todos los sectores se cumplió adecuadamente con la disposición.

La caleta de pescadores Tumbes, en Talcahuano, fue uno de los lugares donde se generó una gran destrucción en el terremoto y tsunami de 2010. Cecilia Badilla, alcaldesa de mar de ese lugar, reconoció que estaban preocupados, pero afirmó que el epicentro esta vez estaba muy lejos.

El primer tren de olas alcanzó una altura de 30 centímetros, pero ya en el tercero la altura del oleaje llegó al metro y medio. En la Caleta El Morro impresionó la forma en que el mar salió y luego la violencia con la que ingresó, lo que se repitió en varios lugares del borde costero de la región.

Durante la noche las empresas activaron sus protocolos de emergencia, como Huachipato que quemó parte de su material combustible, lo que originó flamas visibles desde varios sectores.