Durante la semana fueron dados a conocer dos correos electrónicos enviados en 2006 y en 2010 por el cardenal Francisco Javier Errázuriz, en los cuales quedaba en evidencia un intento de encubrimiento, para evitar mayores daños producidos por los casos de abusos sexuales que involucraban a altos miembros de la Iglesia Católica de Chile.

Hoy, nuevamente fueron dados a conocer algunos emails, que muestran las manipulaciones que se generan en la cúpula sacerdotal, y que involucran a Errázuriz, y a uno de los defensores de la inocencia de la iglesia con respecto a los casos de abuso, el arzobispo Ricardo Ezzati.

Asimismo, el las misivas se nombra a Enrique Correa, uno de los principales lobistas del país y dueño de la consultora Imaginaccion, que tuvo su respectiva participación en la contención de los últimos escándalos políticos y que, actualmente, tiene una amplia red de influencia al interior de La Moneda.

Según publica El Mostrador, Ezzati y Errázuriz coordinaron acciones para evitar que Felipe Berríos fuera nombrado como capellán de La Moneda, e impidieron que Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de abusos sexuales por parte del sacerdote Fernando Karadima, integrara una comisión para la tutela de los menores que fue creada por el papa Francisco.

En uno de los correos, enviado el 28 de junio de 2010, Ezzati le escribe a su “hermano de episcopado” para advertir de que se deben tomar acciones frente al eventual nombramiento de Juan Carlos Cruz en la Comisión Pontificia de Previsión de abusos sexuales, ya que como víctima del caso Karadima, podría haber puesto en peligro los intereses de la Iglesia.

“Espero que no sea así, sería demasiado grave para la Iglesia de Chile. Significaría, entre otras cosas, dar crédito y avalar una construcción que el Sr. Cruz ha construido astutamente, después del Decreto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y más allá de los elementos objetivos, dolorosos y vergonzosos condenados por el mismo Decreto y que responden a la verdad de los hechos. Espero que Usted pueda hacer luz con quienes tienen responsabilidad de este nombramiento”, según consigna El Mostrador.

Errázuriz y Ezzati | Agencia UNO

Errázuriz y Ezzati | Agencia UNO

Asimismo, se trata la situación del sacerdote jesuita Felipe Berríos, quien para ese periodo había entregado una dura entrevista a TVN, en la cual evidenciaba la precaria situación de la iglesia en Chile, afectada por la influencia de los círculos de poder y por un fuerte secretismo.

El bloqueo a Felipe Berrios

En ese entonces el nombre de Berríos sonaba fuerte como futuro capellán de La Moneda, lo que no era conveniente para la cúpula de la Iglesia, y frente a lo que se debían tomar acciones, una de ellas, las cartas que Ezzati envió al Vaticano, en las cuales se cuestionaba a las declaraciones de Berríos y otros sacerdotes que había criticado a la iglesia chilena.

“Estoy preparando una nota para evidenciar el Magisterio de la Iglesia acerca de los temas cuestionados por el P. Berríos, consciente que en la ocasión anterior, lastimosamente contó con la justificación de su superior provincial y del Superior General. La anticipé que sospechaba que el Gobierno lo propondría como candidato a Capellán de La Moneda, cosa que a estas alturas ya es evidente”, señaló

La respuesta de Errázuríz llegó al día siguiente, de una manera clara y contundente. En el nuevo email el cardenal explicó punto por punto las acciones a seguir y dejó en claro que se impediría la llegada de Berríos a La Moneda y de Juan Carlos Cruz a la Comisión Pontificia de Previsión de abusos sexuales.

Asimismo, aquí se nombra al lobista y ex ministro Enrique Correa, quien según el correo sería el encargado de interceder para bloquear el nombramiento de Berríos en La Moneda, bajo el argumento de que podría generarse un conflicto innecesario entre el gobierno y la iglesia en el que caso de que el jesuita fuera nombrado como capellán.

“Antes de salir de Chile llamé a E.Correa para decirle que si el gobierno nombrara al personaje capellán de La Moneda estaría armando un gran e innecesario conflicto, porque te obligaría a rechazarlo, lo cual crearía serias tensiones entre el gobierno y la Iglesia, y al interior de la Iglesia. Me dijo que lo transmitiría de inmediato”, señaló Errázuriz.

En esta línea, el cardenal también se da el tiempo para entregar su visión sobre Berríos, a quien pone como una especie de profeta autoproclamado con ideas rupturistas.

“Contarás con el apoyo de muchísima gente, y sobre todo de nuestro señor, Maestro y Pastor, si refrescas la verdad de la doctrina de la iglesia sobre los temas a los cuales se refiere el P. Felipe (…) Su pensamiento es claro: No sigan al Magisterio, síganme a mí, porque yo soy el profeta de la Iglesia del futuro, la cual acogerá de lleno la cultura del tiempo actual”, indica.

Juan Carlos Cruz | Agencia UNO

Juan Carlos Cruz | Agencia UNO

La estrategia contra Juan Carlos Cruz

Sobre el caso de Juan Carlos Cruz, la postura fue similar, buscando la forma de evitar que este llegara a la comisión y acusando constantemente mentiras por parte de la víctima de Karadima.

“Mañana lunes a primera hora me instalo en las oficinas del Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe para impedir el mal del cual me escribes. Si no lo acepta, hablaré con el Santo Padre. ¿Y qué te parece si se procediera a un nombramiento así sin consultar ni al Presidente de la CECH ni a ninguno de los cardenales chilenos? Sería un nuevo motivo para reformar la Curia”, señala el mensaje de Errázuriz.

Incluso hay otros correos electrónicos de 2013 que dan cuenta de la constante animadversión de Ezzati y Errázuriz hacia Cruz, quien en abril de ese año iba a ser invitado por la Conferencia Episcopal Anglófona a dar su testimonio ante los obispos de habla inglesa, situación que para los cardenales parecía peligrosa, en especial porque no se tenía contemplada la participación de una contraparte que defendiera la postura de la iglesia chilena frente a la denuncia de abusos.

“Pido también su consejo para ver con quien intervenir en Roma para evitar que ello ocurra. Sabemos cuál es la intención del Sr. Cruz hacia Usted y hacia la Iglesia de Santiago. Espero que podamos evitar que las mentiras encuentren espacio entre quienes formamos la misma Iglesia. Lamento terminar el día domingo con esta situación”, indicaba Ezzati en el correo del 21 de abril de 2013.

Frente a esto el cardenal Errázúriz propuso advertir “el grave daño que causará esa invitación”, mediante una carta al presidente de esa Conferencia Episcopal. Asimismo, manifestaba su preocupación y casi indignación ante la posibilidad de que Cruz expusiera su testimonio en la instancia, en la cual a su juicio, sólo lanzarían mentiras que buscaban dañar a la iglesia.

“Es un sinsentido invitar a Carlos Cruz, que va a falsear la verdad, para que obtengan una buena información los obispos. Por lo demás, ¿cómo lo invitan a él, y no invitan además a quien presente las cosas desde nuestro punto de vista? Por otra parte, él va a utilizar la invitación para seguir dañando a la Iglesia”, señalaba.

Asimismo, Errázuriz instaba a Ezzati a enviar una copia de la carta a varios cardenales cercanos para que pudiera mover sus influencias y evitar que se llevara a cabo la invitación.

“Yo podría preparar una relación breve sobre las etapas de la denuncia del Sr. carlos Cruz, la cual fue bien y prontamente atendida desde que la presentó formalmente. ¡Arriba los corazones! Lo leíamos ayer domingo: la Serpiente no prevalece”, indicaba.

Finalmente Cruz no recibió la invitación oficial a la convención, aunque si fue informado de que se pensaba llamarlo para ser parte de la instancia. Con eso se configuraba un nuevo y eventual veto maquinado por la dupla de Ezzati y Errázuriz.

Felipe Berríos | Agencia UNO

Felipe Berríos | Agencia UNO

Reacciones de los aludidos

En conversación con Radio Bío Bío de Santiago, Juan Carlos Cruz señaló que ante las publicaciones, ya hay miembros de la Comisión Pontificia, que finalmente no integró, que le manifestaron su intención de tomar medidas ante la información que se ha conocido en las últimas horas, ya que consideran espantosos los correos entre las altas autoridades de la Iglesia Católica Chilena.

“Por un lado dicen una cosa, y por otro lado son una especie de mafia matona que se ensaña con los más humildes (…) que tengamos estos matones y mafiosos escribiendo cosas y llamándome serpiente (…) si no estoy en la Comisión Pontificia no importa, porque sigo hablando con mi verdad y con la verdad de tantos que me piden hablar por ellos exponiendo a estos infelices que en el fondo están lejos de ser los pastores que queremos para Chile”, indicó.

Quien también se refirió a los correos fue el sacerdote jesuita Felipe Berríos, que calificó la conversación como una situación “triste”, e indicó que los cardenales deberían estar preocupados de asuntos más importantes y no de una “chimuchina”, según indica Cooperativa.

Además agregó que los cardenales debieron haber esperado, pues él no estaba interesado en ocupar el puesto de capellán de La Moneda, ya que no era un cargo para él ni algo que ostentaba siendo sacerdote.