El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, llegó este viernes a Cuba en una visita histórica, que pone un broche de oro al acercamiento entre los dos países y abre las puertas a una nueva era de cordiales pero duras negociaciones.

Primer jefe de la diplomacia estadounidense que visita la isla desde 1945, el avión de Kerry aterrizó en el aeropuerto José Martí de La Habana, y fue recibido en la escalerilla por la subdirectora de protocolo de la cancillería cubana, Margarita González.

“Habrá contratiempos en el camino, pero esto es un comienzo”, dijo Kerry a los periodistas en el avión que lo trasladó desde la Base Andrews, cerca de Washington.

Kerry pronunciará un discurso para reabrir formalmente la embajada estadounidense e izar con gran pompa la bandera delante del macizo edificio de hormigón que adorna el Malecón, en una visita de menos de 12 horas a la capital cubana.

Los encargados para izar el pabellón de las barras rojas y blancas con 50 estrellas serán los tres marines (ahora retirados) que la arriaron hace 54 años cuando los dos países rompieron relaciones.

Será un “día histórico”, señaló el jueves el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby.

El ascenso de la bandera de Estados Unidos será acompañado por la ejecución de los himnos de ambos países, instrumentados por una banda del Ejército estadounidense.

Y sin perder el simbolismo, el poeta estadounidense de origen cubano Richard Blanco, conocido por haber recitado una obra durante la toma de posesión del segundo mandato del presidente Barack Obama, evocará los lazos que unen a los dos pueblos en un poema titulado “Cosas del Mar”.

En realidad, la ceremonia de este jueves es una formalidad, pues los dos países restauraron lazos diplomáticos plenos pasado el 20 de julio.

Cuba y Estados Unidos, enemigos durante la Guerra Fría, habían roto relaciones el 3 de enero 1961 en el fragor de la revolución castrista. Sin embargo, desde 1977 mantenían Secciones de Intereses como embajadas de oficio bajo la protección de Suiza, una cooperación que Kerry resaltará en un breve encuentro en La Habana con el canciller del país europeo, Didier Burkhalter.

Luego de anunciar el deshielo en diciembre, Obama y su par cubano Raúl Castro se reunieron cuatro meses después durante la Cumbre de las Américas en Panamá, y el canciller cubano Bruno Rodríguez reabrió la embajada cubana en Washington el 20 de julio.

Reunión con opositores

La visita de Kerry también es esperada por disidentes al gobierno de Castro, luego de que unos 90 opositores fueran arrestados durante algunas horas en una inédita manifestación contra Obama, el domingo.

“Espero reunirme con quien sea que me encuentre y escucharlos”, dijo Kerry al canal latino Telemundo, asegurando que se sentará a conversar con los opositores al modelo político monopartidista cubano.

El encuentro, protegido del fisgoneo de la prensa, tendrá lugar por la tarde en la residencia del embajador y y no en la embajada, sede de la gran ceremonia pública.

Sin embargo, la jefa de las Damas de Blanco, crítica de la nueva política de Washington, adelantó que no asistirá a la reunión con Kerry: “como se trata de una recepción de bajo perfil, con discursos y ese tipo de cosas, no podemos perder el tiempo en eso”, declaró la activista a la AFP.

Kerry también tendrá un encuentro con el canciller Rodríguez tras la cual ofrecerán una rueda de prensa conjunta.

Se espera que la reunión sea la continuación de la conversación que ambos tuvieron en Washington en julio -que se extendió una hora más de lo previsto-, y donde hablaron sobre temas de interés bilateral, como la lucha contra el narcotráfico o la protección ambiental.

Paseo por La Habana vieja

La visita de Kerry “marca el fin de 54 años de divorcio”, dijo William LeoGrande, experto en Cuba de la American University en Washington.

Pero funcionarios de los dos países han reiterado que mantienen profundas diferencias, y se espera que en la reunión de cancilleres se recuerden los temas más espinosos, como los derechos humanos y la situación de los disidentes cubanos, pero también el pago de compensaciones o el fin del embargo comercial contra la isla, que solo puede aprobar el Congreso estadounidense.

Fidel Castro, un tibio defensor del plan de su hermano Raúl con Obama, lo puso claro sugiriendo que Washington debe pagar a Cuba “cuantiosos millones de dólares” por los daños causados por el embargo, en un escrito divulgado el jueves en ocasión de su 89 cumpleaños.

“Ahora viene la parte difícil”, señaló LeoGrande a la AFP.

Kerry también tendrá un encuentro con el arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Lucas Ortega, conocido por su labor sobre derechos humanos y la liberación de presos políticos, un interlocutor privilegiado del gobierno comunista.

Y aún con el poco tiempo libre, Kerry dijo que espera no marcharse sin antes dar un paseo por las calles de postal de La Habana Vieja.

Un encuentro con Raúl Castro o Fidel “no está en la agenda”, aclaró el jueves un portavoz del Departamento de Estado.